EL LLAMADO DE SER MADRE

by | May 2, 2022 | Uncategorized | 0 comments

Si el rol de padre es algo confuso hoy en día, el de madre no se queda atrás, más que confuso es demasiado complicado. Muchas fueron criadas para ser profesionales, trabajadoras, empresarias, independientes, sin siquiera proponer o dejar a la maternidad como uno de los roles más plenos en la vida de una mujer. Hoy se encuentran mujeres muy polifacéticas, activas, dinámicas, han desarrollado la capacidad de hacer múltiples tareas a la vez, son productivas económicamente, son laboriosas, en algunos casos más que los hombres, son ambiciosas, independientes, también son prácticas, y en ocasiones dicen no necesitar a sus parejas para criar a sus hijos.

Aun así, esta temporada parece ser aquella donde se ven mujeres muy abrumadas, inseguras, temerosas, nerviosas, estresadas, cansadas, dramáticas, controladoras, y en algunos casos muy solas. Algunas madres presentan carencias y vacíos afectivos originados desde su propia infancia, con una necesidad de ser amadas, alabadas, reconocidas y admiradas. La mujer de hoy se mueve en una ambivalencia cuestionable, se le demanda que responda por la crianza de sus hijos, por el orden de su hogar, por su propia persona, y a la vez, se le exige que aporte económicamente al hogar, que se realice profesionalmente, que estudie, que trabaje, que avance intelectualmente, que aporte a la sociedad, y todo esto, en el mismo tiempo que el de los hombres.

Hoy por hoy, ser madre es más que tener hijos naturales o adoptados y más que saber administrar a la empleada y a la niñera. Los hijos necesitan a sus madres presentes en la crianza y muy especialmente en la primera infancia. No las necesitan solo como figuras intermitentes o permisivas. El abrazo de una niñera no es igual al abrazo de una madre, la comida de una empleada no es igual a la comida de una madre, aunque en ocasiones, tenga menos sazón o sabor. No es lo mismo para un hijo la instrucción que da una niñera o una profesora, a la instrucción que da una madre.

En fin, lo que hay que tener en cuenta, es que, ejercer el rol de la maternidad, sin duda, es para la mujer, un verdadero privilegio, es un premio a su naturaleza multiplicadora, es un galardón a su feminidad.

Así que estas son algunas orientaciones para ti, que quieres disfrutar tu maternidad con autenticidad y sentido:

  1. Toma las decisiones que te competen como madre, asume tu rol, aunque estés sola no pretendas ser padre y madre al mismo tiempo, fracasarás en el intento y quedarás exhausta.
  2. Recuerda que tus hijos son prestados, ese regalo que Dios o la vida te ha hecho, algún día crecerán y se independizarán, te conviene empezar a educarlos para que sepan valerse por sí mismos, no te conviene ser sobreprotectora, esto equivale a lisiar e incapacitar de por vida a tus hijos.
  3. Al ser madre, toda mujer debe organizar el tiempo, porque ya no vive solo para ella o su pareja, vive también para sus hijos, el tiempo que dispones debe ser planeado, mucho más si además de madre, trabajas, estudias o debes hacer los quehaceres del hogar. Las listas, las agendas, las notas deben ser de uso diario obligatorio. Esto quitará drama y estrés a tu vida y aumentará tu calidad de vida.
  4. Nunca dramatices la crianza, cree que todas las circunstancias que se te presentan a diario, son completamente manejables y tienes todas las facultades y el poder para sobrellevarlas.
  5. Se cariñosa con tus hijos, pero evita llamarlos “papi”, “mami” “mi pulga”, “mi enano” o similar. Particularmente en esta generación, esos apelativos pueden llegar a confundir a los niños, son más prudentes los apelativos: Campeón, mi amor, mi vida, mi princesa, mi príncipe etc.
  6. Cuando des una instrucción a tu hijo, asegúrate de que la cumpla, mantente firme y constante, que tú sí sea si, o tu no se mantenga en no. La firmeza y constancia te ayudarán a ejercer tu autoridad con respeto.
  7. No discutas con tus hijos las instrucciones que le das, si tu hijo te alega, te discute, te refuta reactivamente, porque no está de acuerdo, es tu responsabilidad no fomentar tal alegato, discusión o ser igualmente reactiva. No debes contestar a los argumentos vociferados de tus hijos, al contrario, tu actitud asertiva y serena, es la que debes modelarles y enseñarles, para que ellos se autoregulen y puedan discutir en otros términos más respetuosos. Cuando una madre discute acaloradamente con sus hijos, está menospreciando el ejercicio de su autoridad y posicionándose con la edad cronológica del hijo. Los padres debemos ser proactivos y no reactivos, ser controlados y proyectar autoregulación para educar esto mismo en los hijos.
  8. Recuerda que no solo comunicas con tus palabras, lo haces con tus ojos, con tus cejas, con tus manos, con tu postura, se consciente de tu lenguaje no verbal y contrólalo, para nunca modelar por ejemplo temor demostrando desespero y neurosis.
  9. Regula tu comunicación verbal, la cantidad de palabras no asegura que tu hijo te comprendió, es el tipo de palabras y el tono de voz que utilizas frente a él lo que asegura que si entendió. Generalmente entre más concreto y conciso funciona mejor
  10. Nunca hagas comentarios delante del niño cómo “me vas a volver loca”, “¿qué es lo que quieres de mí?”, “por favor, te lo ruego…”, “mira, ten misericordia de mi”, “si no quieres hacer caso allá tú”, “te he dicho mil veces y no me haces caso”, “¿por qué nunca me obedeces?”, ¿Qué te pasa?, “¿qué voy a hacer contigo?”, etc. Estos comentarios o similares denotan desespero, ignorancia, desesperanza, y desprestigio de la autoridad. No te conviene hablar así.
  11. Si ya le explicaste a tu hijo una instrucción o una orden, y tu hijo ya la entendió, pero no hizo caso, no le fomentes la inatención y dispersión repitiéndosela una y otra vez. Si haces esto, también afectaras su autoestima, ya que creerá que tu no lo consideras inteligente y por eso le repites tanto, además tu imagen quedará reducida a mamá “cantaletuda”. En este caso en lugar de decir que cumpla, debes hacer que cumpla.
  12. Evita gritar para dar una orden, ya que tu hijo modelará ese tono al hablar, o pensará que es sordo, o inclusive, que eres muy escandalosa. En ningún caso es bueno.
  13. Nunca te victimices frente a ellos, eres afortunada de ser madre, no eres víctima, nadie te debe tener lástima, por supuesto que todos los sacrificios y renuncias que hagas, aunque no son reconocidos actualmente, seguramente van a ser recompensados en algún momento, pero por ahora, ten una actitud prudente, valiente y estoica.
  14. Cuando des una orden o una instrucción a tu hijo no te retractes, no la digas como si le rogaras, no la digas con inseguridad, no la digas como si fuera una simple opinión tuya, no la digas como si le pidieras permiso. Una orden tuya es una instrucción para tu hijo, y debe ser cumplida por él.
  15. En la primera infancia, es deber de una madre enseñar a sus hijos a valorar la buena comida hecha en casa, educa el hábito de la buena alimentación, bríndale recetas con verdaderos nutrientes, con cocción sana y libre de preservativos, o conservantes, o condimentos excesivos y artificiales que los enfermen. -Recuerda-, tres semanas es lo que requiere tu hijo para acostumbrarse a comer un alimento que, aunque no sea de su agrado, lo comerá por costumbre. Igualmente, debes fomentar la independencia en otros hábitos importantes como la higiene del sueño y los hábitos de autocuidado y escolares.
  16. Nunca contradigas una instrucción del padre de tus hijos frente a ellos, a no ser que la integridad de tus hijos esté en peligro, tampoco amenaces a tus hijos con que le vas decir a su papá si no te hacen caso. En estos casos pierdes prestigio frente a ellos.
  17. No trates a tu hijo como un pequeño adulto, no lo és, por más inteligente que sea. Si tiene dos años, no debería escuchar de ti frases como, por ejemplo: “eso llora más, que por más que llores no te voy a comprar la esa pista tan cara”; si tiene cuatro años, no debería escuchar de ti: “te advierto que conmigo no se juega, me estás sacando el genio, me quieres ver brava?”; si tiene seis años no deberías decirle frases como: “tienes que ser responsable, o crees que el preescolar se paga solo”. Muchas frases que utilizan hoy día las madres, no son aptas para la comprensión de sus hijos, por su contenido de sarcasmo, ironía, exageración, o porque son frases con modismos de adultos.
  18. Elimina de tu vocabulario todo sarcasmo y palabras como “te advierto”, “la próxima vez”, “si tu…”, “tú siempre…”, “tú nunca…” o frases similares y exageradas que deterioran tu autoridad prestigio y tu imagen frente a los niños.
  19. Por último, Si no quieres que tus hijos sean imprudentes en su lenguaje, o que hablen sin pensar, o que digan palabras sin lógica, o palabras de lenguaje negativo o conflictivo, hay que dar, como madre, el mejor ejemplo de prudencia al hablarles, así que hazlo con positivismo, fe, sabiduría y todas las demás virtudes que puedas transmitirles.

Finalmente, recuerda que una madre tiene el gran poder de tener un hogar en armonía, tienes el privilegio de ayudar a que en tu casa se respire paz, tranquilidad, de que haya calor, de que se sienta alegría al llegar a casa. Una mamá es una luz muy grande en un hogar. Nunca olvides que una madre, siempre habla, no grita; acoge, no alega; discute calmadamente, no pelea; habla una sola vez, no cantaletea; es alegre, no es dramática; es objetiva, no es exagerada; es sincera, no dice mentiras; es privilegiada, no es víctima; es firme, no es insegura; es feliz, no anda deprimida; es serena, no vive estresada. Una madre tiene todos los ingredientes para ser integra dentro de su hogar y para criar hijos felices y llenos de amor para superar todas las adversidades de este mundo.