LA ADOLESCENCIA DE LOS HIJOS…

by | Sep 28, 2020 | Uncategorized | 0 comments

La pubertad y adolescencia es un período de transición, se avanza en madurez, pero no al ritmo que uno esperaría, se esperan cambios de pensamiento concreto a pensamiento abstracto,  lo que produce avances a nivel cognoscitivo y sensorial.  A nivel fisiológico los cambios alteran el crecimiento a veces de manera muy desigual, e inevitablemente los cuerpos cambian de la figura infantil y una figura juvenil. Para algunos padres, pese a las diferencias que observan, el mayor cambio no es físico, sino emocional, aparecen ciertos síntomas en sus hijos, que los definen con un carácter irritable, tímido, y caprichoso,  y a la vez, una actitud de desgano, pereza, y hasta lentitud. Los jóvenes se dan cuenta de todo esto, y para muchos es abrumador, para otros es incomprensible, para otros es un alivio,  y para muchos resulta melancólico, pues recuerdan con nostalgia sus años anteriores. A todos los niños les llegan estos cambios en la pubertad, y aunque es necesario conocer al respecto, no parece bastar con saber,  pues, realmente del dicho al hecho, hay mucho trecho. (extracto del libro “Los problemas de los padres de hoy”).

Tenga en cuenta que los adolescentes comienzan a expresar su carácter, su temperamento y su personalidad de una manera intensa y más definida, lastimosamente con todos sus defectos e inmadurez propios de su corta vida. Algunas veces mostrarán lo que usted sembró durante los años anteriores, otras veces, le sorprenderán con comentarios, ademanes, actitudes, comportamientos y expresiones verbales y corporales, que usted percibirá como inadecuados, irreverentes y hasta irrespetuosos.

Cuando esto ocurre, lo que ellos necesitan son padres seguros, serenos, auto controlados, con una alta inteligencia emocional y espiritual, expresada en una creciente capacidad comunicativa con sus hijos, y con una madurez manifestada en su capacidad proactiva —no reactiva—, de responder ante las dificultades y los contratiempos que se presenten.

Se espera que un adolescente debe cambiar su tipo de pensamiento, sin embargo, algunos parecen resistirse al cambio, y siguen en su pensamiento concreto, con una visión limitada acerca de las consecuencias de sus actos, algunos que fueron educados en medio de la sobreprotección, posiblemente expresarán de forma asidua inseguridad y temor frente al rechazo de sus pares, a la vez, algunos hasta demandarán servicios dentro de su hogar porque fueron acostumbrados a ser servidos y no a servir, otros tantos, en su necesidad de ser aceptados y sentir pertenencia, estarán concentrados en sus amigos, su música, su moda, y todas las costumbres culturales del momento. Sin embargo, la gran mayoría repartirán sus pensamientos privados y públicos en sus expectativas del futuro, lo que sueñan hacer, y no todos, en lo que quieren estudiar. Una creciente minoría estará segura de lo que quiere y de lo que no, esto realmente no representa problemas, excepto cuando la escala de desarrollo moral y emocional de dicho adolescente no esté nivelada con sus ambiciones o expectativas.

Por todo esto, una de los mayores desafíos de un padre es generarle inteligencia emocional progresiva a su hijo adolescente. Durante la adolescencia, los hijos necesitan padres que entre otras cosas:

  1. Que Sigan siendo coherentes entre lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen, es decir, que respeten con su ejemplo, sus principios y valores fundamentales.
  2. Que los traten como adolescentes, no como personas adultas, esto implica seguir utilizando un tono correcto, de firmeza, pero con amor. No se trata de imponerles a la fuerza, tampoco de dejarlos sin supervisión, un punto propicio es el de establecer pactos con ellos.
  3. Que los comprendan en todas las áreas: sus modas, sus estilos, sus maneras. Ellos son orientables con prudencia y de acuerdo a su temperamento y carácter, sin embargo, esto no se puede hacer si no se les comprende desde su edad.
  4. Que los involucren en la organización de actividades y planes antes de hacerlos, no únicamente para informarles, los adolescentes comienzan a manejar su vida social y una agenda personal.
  5. Que les hagan observaciones, críticas y comentarios negativos únicamente en privado, nunca en público, eso incluye familiares cercanos.
  6. Que les hagan comentarios…..

Extracto del libro “Padres con carácter”.