NO TIENES NECESIDAD DE MENTIR

by | Feb 4, 2023 | Uncategorized | 0 comments

A menudo escucho como las personas confiesan mentiras, porque, dicho sea de paso, -mentir es muy fácil -, basta con decirle a alguien que se extraña cuando no se extraña, o que se ve bien, cuando en realidad se piensa lo opuesto, o cuando se toma partido por algo o alguien que se sabe está equivocado, o cuando se le dice a la pareja que se ha sido fiel cuando no ha sido así… muchas personas consideran que hay mentiras blancas que no hacen daño, por ejemplo aquellos que mienten sobre su ubicación, sobre las responsabilidades de su trabajo en los casos donde no se han realizado, sobre sus llegadas tardes culpando al tráfico, sobre su deberes en casa o escolares, inclusive, sobre su situación económica, en fin, cuando el lenguaje egocentrista se amalgama con el dramatismo y el consumismo, comienzan las exageraciones, las omisiones, las apariencias, las simulaciones, conformando un mundo de mentiras aparentemente benevolentes, piadosas, pero que muchas veces, terminan siendo maliciosas, vengativas y destructivas.

La mentira es algo que todos los seres humanos hemos expresado en determinados contextos y con ciertas personas, lamentablemente, es algo que hemos considerado necesario en algunas situaciones, es más, para algunas personas mentir es algo habitual, lo hacen no solo de vez en cuando, sino hasta varias veces en un mismo día, para este grupo en particular, mentir no les preocupa, se pueden sentir consternados pero realmente no les incomoda, por esto mismo tampoco planean sus mentiras, de hecho no las consideran serias, además porque muchas veces no son descubiertos. Por otra parte, existen un tipo de mentiras que se consideran patológicas, y se caracterizan porque las personas, generalmente adultas, realmente no tienen propósito para fundamentarlas, y, de hecho, son tan incomprensibles porque resultan hasta auto-incriminatorias y dañinas para la persona que las dice.

Cuando un ser humano miente frente a otros, espera que su argumento falso, incompleto o tergiversado sea aceptado como explicación. La mentira es un acto intencional, busca llamar la atención sobre sí mismo, es un engaño, es un camuflaje y hasta una simulación, porque la persona que miente no acepta lo que está diciendo, pero lo dice como si lo creyera esperando que los demás si lo acepten y lo crean. La persona sabe que está diciendo algo falso, su intención manipuladora es convencer a otros, no convencerse a sí mismo, convencer sobre sentimientos, opiniones, planes, actividades, conocimientos, logros, defectos, hechos, posesiones, inclusive sobre su ubicación, en cuanto a población, algunas investigaciones ubican a las mujeres más vulnerables a mentir sobre sus relaciones, y a los hombres más propensos a decir mentiras egoístas, también se dice que un punto evolutivo donde existe mayor exposición a mentir es la etapa de la adolescencia, igualmente, las personas con baja estabilidad emocional e índices considerables de neuroticismo están más propensos a mentir, otras investigaciones revelan que las personas  tienden a mentir cuando tienen una motivación o incentivo para hacerlo, por ello se habla de que hay unas profesiones u ocupaciones más vulnerables a la práctica de mentiras como por ejemplo las ventas y la política, aunque esto no es una regla general.

Hay que tener en cuenta que hay diferentes grados de mentiras, desde las mentiras no legítimas que son aquellas que se dicen por ignorancia, es decir, cuando no se sabe los hechos, hasta aquellas, que son completamente planeadas maquiavélicamente, las razones para mentir son diversas, las personas mienten por varios motivos, para facilitar sus relaciones sociales, para evitar meterse en líos o problemas, para lograr un objetivo laboral o académico, para impresionar, para evitar un supuesto dolor o incomodidad a otro, para recrear una vida ideal, o simplemente para engañar.

Ahora bien, si mentir es algo negativo en prácticamente todos los contextos, ¿Por qué sucede tantas veces?, generalmente las personas que las dicen sienten un alivio momentáneo y creen que su ansiedad se reduce, aunque después sienten culpa y remordimiento; cuando una persona miente, puede llegar a estar en desacuerdo, inaceptación o conflicto interno por algo que sucedió en el pasado y que aún percibe inaceptable, otros también mienten por competitividad y adaptabilidad. Al mentir, algunas personas quieren quedar bien ante otros, quieren evitar ser rechazados, desaprobados, comparados o confrontados, de igual manera, cuando las personas sufren emocionalmente, son propensas a sentir envidia de algo o alguien, orgullo frente a los demás, vergüenza de algo sucedido, celos de alguien, culpa y remordimiento por algo, e inclusive vanidad, y estas emociones, terminan incentivando posiciones que facilitan las mentiras; diversas situaciones sustentan en la persona, la idea de inventar una “realidad” con emociones más positivas y menos dolorosas, una realidad construida mentalmente,  por lo que  las personas imaginan narrativas más ideales o convenientes que sus mismas realidades. No hay que olvidar las mentiras egocéntricas, aquellas que dicen las personas para protegerse o realzarse psicológicamente, para promoverse en sus intereses, intentando en estos casos, evitar la vergüenza, el conflicto, la desaprobación y las heridas emocionales, evidentemente, este tipo de mentiras se dan, porque son convenientes e intentan buscar beneficios personales

En general, podemos decir que las mentiras que se dicen para no herir a otros, no tienen fundamento sólido, efectivamente, muchas personas mienten para no herirse más a sí mismas,  algunos lo hacen como un intento de ver el mundo como les gustaría que fuera, algunos desean ignorar información negativa de su vida, otros  pretenden mantener una mejor imagen de sí mismos, pero al final, lo que realmente mantienen es un autoengaño, porque se mienten a sí mismos, justificando creencias y engañando a los demás. De hecho, una persona que miente como hábito, generalmente es una persona cuyos valores de honestidad, fidelidad, lealtad y respeto, son volubles y acomodaticios, las personas que dicen mentiras son consideradas deshonestas, no solo en el área donde mintieron, sino en diferentes dominios de sus vidas.

Por otra parte, sabemos que no solo los humanos mentimos, algunas especies de animales también lo hacen, sin embargo, la gran diferencia es que ellos lo hacen originalmente, para obtener un beneficio inmediato y en muchos casos para sobrevivir, en cambio, para los seres humanos, no se trata sólo de estas dos razones, hay personas que mienten patológicamente por juego, por costumbre y por hábito, a diario dicen una cantidad excesiva de mentiras perjudicando su funcionamiento, viviendo en angustia por ello y generando riesgo de peligro para sí mismos y para quienes les rodean. De hecho, requieren orientación terapéutica, necesitan trabajar con su pasado, ya que su ego mentiroso patológico seguramente se fijó en la infancia, también se requiere superar su sufrimiento, y aceptar su presente para construir una nueva percepción e interpretación de su realidad.

Ahora, seguramente eres de los que no mienten de forma patológica, pero quizás lo haces esporádicamente, y de hecho, quieres dejar de hacerlo, entonces, ten en cuenta que lo puedes hacer porque tienes la capacidad para revertir todo tipo de hábitos en tu vida,  debes trabajar en ti como persona, en tu carácter, en tu emocionalidad,  tomar conciencia de la forma como piensas, de lo que crees de ti, de lo que crees de la vida, conocer tus debilidades, reconocer tus falencias,  es necesario que revises en que situaciones y con que personas, te sientes tan vulnerable como para crear mentiras, y entonces, puedes ser consciente de estas situaciones con el fin de organizar tus pensamientos y respuestas, promoviendo valores correctos como la honestidad, la sinceridad, la lealtad y la fidelidad.

Es muy importante que te preguntes y cuestiones constantemente, pregúntate si realmente ¿es necesario mentir?, se muy reflexivo con respecto a tus respuestas, asume con valentía y madurez las posibles consecuencias de tu sinceridad. A diario revisa tu lenguaje y tus actos, si mentiste, pregúntate que buscabas o tratabas de evitar diciendo la mentira, y comienza a trabajar al respecto, desenmascara esa supuesta necesidad, recuerda que puede ser una necesidad de aprobación, de alabanza, de una mejor imagen ante otros, etc.

Bueno, para finalizar te recuerdo que, mentir perjudica tus problemas y aumenta tu inestabilidad, las mentiras casi siempre caen por su propio peso, de hecho, todas las mentiras se terminan conociendo, inclusive, las personas terminan confesándolas, otras veces, se descubren de forma directa con información de terceros, no olvides que, nuestro nivel de confianza tiene límites y la mayoría de los seres humanos confiamos hasta cierto punto, a veces las mentiras se reconocen porque expresan cosas increíbles, porque afirman cosas inconsistentes, porque los relatos no cuadran del todo, así que, para saber amarte, necesitas ser una persona de valor moral, de ética, una persona seria, firme y consistente, básicamente coherente con tu vida, que tu pensamiento, tu sentimiento, tu emoción, tu palabra y tu conducta, reflejen unidad, congruencia y verdad, a fin de cuentas, lo contrario solo te traerá penas y mayor sufrimiento, originando trastornos de personalidad  y psicopatías, nada que tu merezcas, porque recuerda, eres un ser excepcional, auténtico, original, y transparente, ¡nunca lo olvides!