Si dices que te cuidas, seguramente te refieres a todo lo que estás haciendo, para lograr un crecimiento, un estado óptimo de salud, y una madurez verdadera a mediano y largo plazo. Esto a través de autorregulación, control y canalización adecuada de pensamientos, palabras, acciones, emociones y rutinas, que fortalecen tu salud física mental y emocional, y que contribuyen a tu desarrollo personal en prácticamente todas las áreas. A todo esto, es lo que básicamente llamamos el AUTOCUIDADO.
Una persona que realmente se cuida así misma, genera mayores y versátiles estrategias de afrontamiento, aumenta su resiliencia, implementa en su vida un asertivo lenguaje interno y externo, resuelve los conflictos con mayor eficacia, se vuelve potencialmente más eficiente, aprovecha mayormente sus recursos, es cada vez más proactiva en vez de reactiva, adopta diarios hábitos y rutinas saludables, también, se estudia a si misma para conocerse y poseerse, y termina disfrutando su vida y a las personas que le rodean de forma satisfactoria.
Auto-cuidarnos va más allá de darnos un gusto de comida por ejemplo, implica seguir un régimen alimenticio que asegure nuestra salud física, no es solamente comprarnos una bebida de moda, es mantener siempre nuestro cuerpo bien hidratado, no es respirar profundo cuando algo nos disgusta, es desarrollar rutinas calmantes y de meditación, no es dejar de comprarnos algo porque no alcanza el dinero, es tener estructurado un plan organizado de presupuesto y de finanzas, no es intentar dejar de decir una que otra palabra que no es útil o decente, es trabajar intencionalmente en la transformación asertiva del lenguaje interno y externo. Auto-cuidarnos no es dejar de creer en algunas tradiciones obsoletas, es filtrar las creencias y acoger aquellas que promuevan la esperanza, la bondad y los valores morales útiles para la sociedad, no es hacer ejercicio cuando se tienen ganas, es practicar regularmente un deporte y unas rutinas de movimiento, no es dormir 8 horas a como dé lugar, sino tener rutinas regeneradores de sueño reparador, no es solamente realizar técnicas de relajación y respiración, es mantener un estado de tranquilidad y serenidad especialmente en momentos adversos o de crisis, tampoco se trata de asistir a terapia psicológica por asistir, sino de aprovechar y poner en práctica todos las herramientas recibidas en la consejería.
Todo lo anterior significa que el autocuidado implica en sí, una proactividad y un desarrollo tremendo de la voluntad, con el fin de accionar las conductas requeridas para el bien deseado, ya sea a corto, mediano o largo plazo. Algunos podrían pensar también, que el requisito “perse” del autocuidado es la madurez y la estabilidad emocional, porque cuando una persona es madura, realista y tiene adecuado manejo de la frustración y de los sentimientos, generalmente es una persona cuyas rutinas estables, producen mayor responsabilidad y por ende mayor autocuidado.
Sin embargo, es válido admitir que, de la mano de la estabilidad emocional, encontramos la buena autoestima como garante de las personas que desarrollan rutinas de autocuidado que favorecen e incrementan su calidad de vida. Una persona que se ama a sí misma, que tiene una buena imagen y concepto de si misma, seguramente tiene claros los límites de otros y propios, entiende que vale tanto como para mantener, conservar, preservar y promover lo que sea necesario para vivir bien y sentirse bien a lo largo del tiempo. Por supuesto, aquellos que tienen una buena autoestima, generalmente son personas que han trabajado en sí mismas, superando traumas de infancia o desarrollo, desbaratando creencias irracionales personales, generacionales y culturales, inclusive, disolviendo patrones culturales de mediocridad e inconstancia.
Cuando una persona logra establecer en sí misma un estilo de vida saludable de autocuidado permanente, se convierte en protagonista de sus acciones, porque demuestra entre otras cosas, dominio de su voluntad. Igualmente se siente empoderada por los resultados obtenidos, y esta fuente de motivación le animará a seguir actuando con responsabilidad y diligencia.
Por otra parte, para que una persona se cuide a sí misma, debe tener conocimientos generales y específicos según sea su caso. Requerirá desaprender y volver a aprender, leer, instruirse, averiguar, indagar sobre todos los aspectos que necesita en las áreas donde ya es vulnerable, o donde pueda llegar a verse afectado. Existe una frase muy reveladora que dice que “las personas se pierden y mueren por falta de conocimiento” y esto es muy aplicable a este caso. Por ello, cuando una persona, toma la decisión consciente e intencional de cuidarse a sí misma, paulatinamente deberá abarcar la mayor parte, sino todas las áreas de su vida. Será un trabajo dispendioso y agotador por momentos, sin embargo, esto le llevará a tener una cultura amplia, superiores conocimientos, mayor información, y por supuesto, desarrollará más herramientas y técnicas que le permitirán ser muy habilidoso y capaz.
Ahora, ¿Cómo puedes generar rutinas de autocuidado permanente en tu vida?
- Toma la decisión de superarte.
- Escribe tus metas en todas las áreas, pero especialmente en tus áreas problemáticas.
- Establece un plan de acción, es decir define el “qué”, “el cómo”, “el cuándo” y el “donde”.
- Comienza a averiguar y a instruirte en los temas implicados de forma disciplinada.
- Cada vez que aprendas algo, ponlo en práctica, no olvides llevar un diario de metas logradas para motivación.
- Se determinado, respeta tus planes, alinea tus pensamientos con dichos planes, habla palabras relacionadas con el cumplimiento de esos planes y cree lo mejor para esos planes.
- No te auto sabotees. (te recomiendo leer mi artículo “Auto-sabotaje” o escuchar mi podcast).
- Evita la procrastinación (te recomiendo leer mi artículo “No procrastines” o escuchar mi podcast).
- Rodéate de un círculo de personas y amigos que te motiven a llevar un estilo de vida saludable, que te inspiren a tener fe y esperanza y que te alienten a crecer y madurar como ser humano.
- Se misericordioso y compasivo contigo mismo. Realiza procesos de perdón y auto-perdón para tener la mente y el corazón limpios de excusas para castigarte de manera consciente o inconsciente. (te recomiendo leer mi artículo “auto-perdón” o escuchar mi podcast).
Finalmente, te animo a que te cuides como persona, en tus distintos roles, cuídate como ser humano, para saber amarte necesitas elevar cada vez más tu estilo de vida saludable en todas las áreas, cuida tu salud, cuida tu mente, cuida tu corazón y tus palabras, cuida tus emociones, cuida tus relaciones, cuida tus intereses, cuida tus ocupaciones, cuida tus creencias y tu fe, cuida tus percepciones, cuida tus acciones, conductas y comportamientos. Te aliento a que tomes decisiones radicales en hábitos y rutinas para mejorar tu salud física, mental y emocional, desarrolla hábitos calmantes y de autocuidado que te conviertan en la mejor versión de ti mismo, porque tú lo vales, porque tú lo mereces y porque tú puedes.