ADULTOS NIÑOS

by | Jun 16, 2023 | Uncategorized | 0 comments

En otras épocas, aquellos hijos que de sus 30´s en adelante siguieran viviendo con sus padres, eran considerados dignos de sarcásticos comentarios familiares, e inclusive,  eran un motivo de preocupación para sus padres, en otros casos, que los hijos demostraran indecisión después de los 24 años, en la escogencia de un trabajo, o de una carrera, era “claramente”, un signo notable de indecisión y de comentarios como “no sabe qué es lo que quiere, que será de su vida”, por otro lado, también se encontraban aquellos casos donde muchas parejas, cuando decidían casarse, nada ni nadie los detenía, ni siquiera el saber que no tenían donde vivir, o que no tenían trabajos altamente remunerados, eran tiempos donde “la palabra”, “el amor” y la “traga”, superaban cualquier pizca de inseguridad en las parejas, en fin, todos estos casos, eran comunes en otros tiempos, en otra generación.

Hoy en día, el panorama ha cambiado diametralmente, abundan los casos de hijos en sus treintas, cuarentas y más, que aún viven en casa de sus padres, y en muchos casos, a expensas de ellos, también es común, encontrar personas que cambian de carrera universitaria cada año, y los padres aún continúan pagando la universidad, con el anhelo de que “esta vez, si logre terminarla y se gradúe”, por su parte, las estadísticas de divorcio en matrimonios de menos de 7 años, han aumentado, al igual que las rupturas de parejas supuestamente maduras y comprometidas, lo curioso, es que la rupturas y divorcios no siempre se están dando por típicas causas como la infidelidad, sino por inseguridad, por egoísmo, por miedo al compromiso, por narcisismo, por aburrimiento, por estrés, etc., uno de ellos, se ha cansado de estar en pareja, siente inseguridad, quiere volver a estar solo, se siente cohibido para realizar su proyecto “personal”, exige al otro que lo comprenda y le ayude a resolver su pasado, demanda que le facilite su presente y reclama que lo deje vivir su futuro solo, en otras palabras, no quiere sentirse, pensarse y vivir comprometido, sus traumas, su inmadurez y su baja autoestima, le hacen temer el futuro en pareja, y le estimulan sus deseos de huir sin importar las promesas hechas, ni los sentimientos o el bienestar del otro.

Es necesario reconocer que, algunos adultos jóvenes de hoy, han sido criados, educados y formados de manera muy particular, la sociedad está cosechando los resultados de las pautas de crianza sobreprotectoras en todas las áreas, éstos son jóvenes que no siempre saben administrar un hogar, mantenerlo y sostenerlo, porque no fueron enseñados a hacerlo, son jóvenes que fueron mal criados tácita o explícitamente, con manejos disfuncionales de sus pataletas y berrinches, con excesiva atención a sus emociones, con exaltación y grandiosidad de sus sentimientos, con ejecución de hábitos y rutinas pobres o inestables, con un sistema de comunicación ambivalente o disruptivo, en donde siempre sostuvieron conflictos verbales y actitudinales con figuras de autoridad y padres.

De esta manera, a muchos jóvenes adultos solo se les exigió que estudiaran, y se les educó para pensar en este mundo globalizado, sus familias y los medios de comunicación, orientaron sus intereses a los viajes, los paseos, la rumba, el placer de conocer, disfrutar, experimentar lo nuevo, vivir lo que esté de moda, suplir la necesidad de sentirse conectados, y establecer relaciones con pares de diferentes partes del mundo, por todo esto, a éstos jóvenes les lleva más tiempo querer, aprender y vivenciar los roles convencionales de la edad adulta, los intereses primordiales de muchos jóvenes no son el matrimonio, el hogar, la paternidad, la familia, sino que sus anhelos, se limitan a ser independientes financieramente, y vivir cómodamente con la mejor y mayor calidad de vida que establezcan los medios y redes sociales además de sus pares, como patrones de referencia.

La cultura y los adelantos científicos, han ocasionado, un cambio exponencial que ha transformado tanto los estilos de vida, como el ambiente, y las ideologías en distintos terrenos, sin embargo, el desarrollo madurativo de carácter, los procesos de autocontrol, y auto regulación, el conocimiento de sí mismo y la formación de una autoestima saludable, han ido en retroceso, inversamente proporcional a la ciencia, a la cultura, y a la moda.

Algunos consideran que la familia como institución básica y primaria,  ha dejado de formar valores y virtudes, y ha cedido sus terrenos de influencia y autoridad, a las redes y los medios de comunicación, y éstos últimos, han promocionado valores que en antaño eran considerados antivalores, además de esto, algunos jóvenes por haber recibido una educación descuidada, permisiva y sobreprotectora, sienten que han colapsado por situaciones traumáticas vividas en la infancia y adolescencia, relacionadas con abusos, maltrato, mal ejemplo, negativo modelado social y heridas de abandono y rechazo.

Y precisamente, con este tipo de formación y de valores utilitarios, se direccionan los gustos y deseos de los adultos jóvenes, que cada vez se quieren casar menos, cada vez quieren tener menos hijos, cada vez más siguen en casa de sus padres, cada vez más, continúan dependiendo financiera y familiarmente, cada vez más son incapaces de adquirir propiedades en sus veintes, cada vez desean menos formar familia, -aunque utópicamente sueñan con tenerla en un lejano día-.

Y por todo esto, es que, en muchos escenarios, a este tipo de jóvenes adultos, se les está llamando “adultos niños”, son aquellos jóvenes con edad adulta retrasada o adolescencia prolongada según algunos, que en resumidas cuentas, y a ojos de los mayores y de ciertos espacios sociales, les está costando demostrar madurez según su edad, ya que expresan inseguridad, indecisión, conflictos afectivos, inestabilidad, temor al compromiso, temor a la independencia, manejo irracional de sus emociones, conflictos de identidad, egoísmo, narcisismo, mezquindad, falta de empatía y comprensión, victimización, conductas manipuladoras, manejo no inteligente de sus ingresos o recursos, y en general, proyectan conductas muy disruptivas, infelicidad y despropósito, algunos inclusive, cargan consigo, vivas heridas de su infancia, trastornos de personalidad y de identidad, haciéndose daño e hiriendo a las personas a su alrededor.

¿Conoces a alguien así?, te cuento que para reconocer a los adultos niños puedes observar en ellos algunas conductas como las siguientes:

  1. Viven fascinados por los adelantos tecnológicos y les gusta los ambientes donde estén estimulados por todo lo que sea novedoso.
  2. Generalmente expresan hobbies muy definidos y defienden sus gustos asignando parte de su presupuesto para mantenerlos.
  3. Viven con sus padres o en casa de familiares y generalmente pagan una renta diminuta o inclusive aportan únicamente con el pago de cuentas menores.
  4. Algunos a pesar de no tener gastos mayores, tienen deudas por pagar, muchas veces, producto de sus impulsos y/o de sus malas decisiones financieras.
  5. En casa no tienen mayor participación en los deberes y arreglos cotidianos, igualmente no son responsables del mantenimiento del orden y aseo de su ropa o espacios personales.
  6. Se perciben a sí mismos como muy importantes dentro de la familia, expresan egocentrismo, narcisismo y egoísmo.
  7. Son más propensos a sufrir de estrés, a dramatizar y sobredimensionar sus situaciones y problemas.
  8. En las salidas, viajes y paseos aún sus padres o familiares pagan sus gastos, o por lo menos una gran mayoría de ellos.
  9. Expresan berrinches e inclusive pataletas en forma de arranques de cólera, hiper-irritabilidad, expresiones de amargura, o mutismo selectivo con ciertas personas.
  10. Fuera de casa, les gusta dominar y controlar sus relaciones interpersonales y afectivas. Son personas que buscan ser el centro de atención para otros en todos los ambientes.
  11. Fuera de casa, buscan ser tratados con los mismos privilegios que tienen dentro de sus casas.
  12. Algunos de ellos, expresan que viven en casa de sus padres porque ellos lo necesitan, es decir, que están en casa por necesidad de sus padres.
  13. Expresan baja tolerancia a la presión laboral o académica, arguyendo estrés y/o somatizando sus preocupaciones.
  14. Pueden llegar a ser conflictivos en sus relaciones con los miembros de la familia, discuten derechos por ser mayores de edad y libertad para tomar decisiones, por lo que no siempre admiten orientaciones o consejos en casa.
  15. Pueden romper compromisos, renunciar a un trabajo, o desertar en el estudio, con mayor facilidad que otras personas.
  16. Son jóvenes que arguyen que “en casa de mis padres estoy bien, entonces no tiene sentido salir de allí”

Ahora bien, ¿Qué puede hacer un joven que desea avanzar, evolucionar y madurar según lo esperado y mejor aún, según lo deseado?, ¿Qué puede hacer para lograr ser verdaderamente independiente? Bueno ten en cuenta los siguientes tips:

  1. Prepárate emocional y mentalmente para la independencia integral.
  2. Realiza un proceso terapéutico y/o espiritual para sanar todas tus heridas de infancia de abandono y rechazo. No ingreses a una relación afectiva con una pareja sin antes realizar este proceso de sanidad.
  3. Es imprescindible que trabajes en tu madurez de carácter, procura aumentar tu inteligencia emocional, entrénate en autocontrol y regulación de impulsos, fortalece tu identidad, sentido y propósito de vida, y además esfuérzate por incrementar tu nivel de voluntad y determinación. Si es necesario recurre a asesoría terapéutica.
  4. Es crucial que aprendas a lidiar con el estrés, con la presión laboral, la presión social y la presión de pares y de grupos de referencia. Para esto será necesario técnicas de resiliencia.
  5. Evalúa tu escala de valores y si es necesario determínate a convertirte en una persona mayormente responsable, laboriosa, perseverante, constante, sobria, ordenada, y justa. Cuando una persona vive estos valores, generalmente expresa mayor lealtad, madurez y compromiso.
  6. En caso de que aún estés en la universidad, lucha por obtener una beca, y de ésta manera liberas a tus padres o familiares de pagarte la universidad.
  7. Busca mejores ingresos laborales, necesitas ser excelente en tu trabajo para aumentar las posibilidades de promociones laborales y aumentos salariales.
  8. Comienza a participar de mayores gastos en el hogar.
  9. Aprópiate del mantenimiento de tus espacios, al igual que del aseo correspondiente a tus cosas.
  10. Cumple todas tus promesas, cuida tus palabras y respeta tus promesas.
  11. Ahorra, evita gastos innecesarios, lujos irrelevantes y salidas que te descuadren presupuestos, recuerda realizar inversiones convenientes y adquisiciones inteligentes.
  12. Percíbete como un invitado en tu casa y no como un dueño con derechos, ésta percepción te permitirá aceptar y acatar las normas de tus padres o familiares.
  13. Busca asesoría financiera para comenzar a establecer un plan de ahorro cuyo objetivo es la independencia tanto financiera como de vivienda.
  14. Limita el número de tarjetas de crédito, para evitar la tentación de usarlas sin restricción especialmente en momentos de cansancio, estrés e inestabilidad emocional.
  15. Establece metas de independencia a mediano y largo plazo, entrénate a corto plazo con actos que demuestren a tus padres y familiares madurez, autocontrol, regulación de impulsos, sabiduría para manejar finanzas y recursos, disciplina, firmeza y constancia.
  16. Demuestra humildad frente a tus padres y familiares, puede llegar a ser prudente recibir consejos de ellos, mantener una actitud de apertura a sus orientaciones y valorar sus comentarios que en últimas buscan ayudarte de tomar buenas decisiones, no olvides que debes aprender a lidiar con las frases típicas de ellos como por ejemplo “yo a tu edad” o “a tu edad ya deberías”.
  17. Resuelve todo lo que más puedas de tu vida, de tu trabajo, de tu estudio, de tus rutinas diarias, esto le dará confianza a tus padres y familiares y preparará el ambiente para que te apoyen en tu emancipación.

Recuerda que ser independiente es una meta inherente de todo ser humano, al contrario de lo que se cree, una persona independiente y autónoma tiene mayor madurez para formar posteriormente una familia sólida y estable, o simplemente proyecta mayor madurez para disfrutar su vida plenamente. Para saber amarte, necesitas madurar, crecer, avanzar, evolucionar, sanar, y resistir. Así que te animo a realizar los procesos psicológicos, espirituales, financieros, relacionales y todos los demás que necesites, para ser verdaderamente feliz y vivir tu vida con sentido y propósito.