Hay una característica notable cuando me reúno con padres de hijos diagnosticados con TEA o comúnmente llamado autismo, son padres verdaderamente fuertes, guerreros, expertos en el tema y en estudios causales, y que expresan amplia apertura a la orientación, evidentemente han tenido que pasar por muchas situaciones difíciles desde cuando sus hijos tenían pocos meses de nacidos. Algunos de sus relatos destacan su impacto desde cuando comenzaron a notar que algo no andaba bien en el desarrollo de su hijo, algunos notaron que no hablaban, que no sostenían la mirada, que no contestaban comandos, que no respondían emocionalmente como se esperaba, que su vínculo afectivo parecía despersonalizado, tenían retrasos motrices, mostraban interés inusual por ciertos objetos, no se comportaban socialmente según lo esperado, en fin, todo una gama de conductas confusas que alertaron en gran manera el proceder de estos padres.
El instinto materno y paterno es básico en estos casos, son los padres quienes inicialmente se dan cuenta de lo que pasa con sus hijos, no siempre les gusta que los carguen o abracen, presentan constantes cólicas, es muy difícil consolarlos, no logran contacto visual y parecen mirar al vacío. Alrededor de los 2 años, cuando los niños dejan de ser bebés, los padres notan como el nivel de sociabilidad no parece cambiar, y en algunos aparecen conductas estereotipadas, además de comportamientos irritables, una madre me comentaba que su hija mostró logros a los 12 meses, pero luego tuvo retroceso, los investigadores denominan “Bloomers” a estos casos, donde los padres terminan más que confundidos y angustiados, posteriormente, algunos reciben un diagnostico oficial de TEA, Otro padre me comentó que su hijo si tuvo cambio y mejoría de algunas conductas y signos, sin embargo, continuó diagnosticado pues según los expertos tuvo movilidad dentro del espectro mas no superación total de síntomas. Por otra parte, otra mamá me comentó que su hija si supero todos los signos y síntomas y a los 6 años no había peso para el diagnóstico sino pérdida de él. En todo caso, asistir a controles neuro-pediátricos es muy importante para corroborar el desarrollo craneoencefálico correcto de los niños.
Lo que en el camino los padres se enteran es que existen distintos métodos, enfoques y modelos, algunos incluyen inmediatamente a sus hijos en terapia ocupacional, integración sensorial, fonoaudiología, la mayoría busca 3ras y más opiniones profesionales, lo positivo de esto, es que algunos terminan en un tratamiento holístico y sistémico donde reciben apoyo desde distintos frentes, lo negativo de esto, es que los padres pueden entrar en una dinámica agotadora y hasta conflictiva, ya que aunque están haciendo todo a su alcance, muchos se sienten impotentes y piensan que no es suficiente.
Es muy importante comprender que, aunque es necesario intentar y hacer todo lo posible para ayudar a los niños, no hay que olvidar que es vital mantener el rol de padre y madre de manera funcional, nunca olvides las pautas de crianza funcionales, es imprescindible, que desarrolles un vínculo afectivo con tus hijos saludable, que favorezca que su apego hacia ti, sea un apego seguro, desarrolla rutinas y hábitos operativos básicos con ellos, intenta siempre que desarrollen autonomía e independencia en hábitos de alimentación, de sueño, de autocuidado y aprendizaje de ciertas conductas sociales, esto evitará conductas agresivas e inclusive auto-destructivas.
Ten en cuenta que la sobreprotección no favorece la maduración de sus funciones, y, al contrario, el tener rutinas operativas, franjas de horarios para los hábitos, aprendizaje de costumbres para comer, beber, dormir, asearse, bañarse, vestirse, etc. favorece sus estados emocionales y sus procesos cognitivos. una gran amiga, terapista de lenguaje me comentaba como una niña de 4 años con diagnóstico oficial de TEA, seguía con lactancia materna y con rutinas de un bebé. Este tipo de conductas en lugar de propender el desarrollo y la maduración, lo que hace es estancar y condicionar aún más los retrasos.
Es necesario realizar muchos cambios en el funcionamiento del hogar, desde la alimentación hasta el control de las ondas electromagnéticas, el consumo de medios audiovisuales, la calidad y el tipo de alimentos y bebidas que los niños consumen, y la organización de los elementos de la casa, la información sensorial que rodea a los niños, el manejo del tiempo, y el trato hacia él de todas las personas que los rodean, entre otras muchas más cosas, es clave para el ambiente adecuado que necesitan los niños con signos, señales, síntomas o diagnósticos de TEA.
Cómo el TEA describe realmente una constelación de déficits en áreas de neurodesarrollo, como la comunicación e interacción social, además de comportamientos sensorio-motores repetitivos, con asociación a una multicausalidad, se debe comenzar a indagar y orientar desde lo más básico, es decir, la salud física y los estudios neurológicos, genéticos, sanguíneos, de salud intestinal hasta temas relacionados que pasarían por alto para otros niños, como son las texturas de la ropa, los olores de un limpiador desinfectante, la temperatura de los cuartos, la música escuchada en el carro, o inclusive el tono de la voz de ciertas personas.
Con relación a la salud orgánica, es importante cuidar la higiene oral de tu hijo, aun cuando sigan siendo bebé, cepillarlo muy bien y mantener perfectamente su salud oral, hace parte del protocolo para mantener el organismo de tu hijo libre de infecciones asociadas a otros sistemas corporales. Asegúrate de desintoxicar a tu hijo de metales pesados como el mercurio, el arsénico, el plomo, o aluminio, todos agentes sospechosos asociados a algunos casos de TEA, igualmente ten claro las contraindicaciones de algunos medicamentos formulados regularmente a tu hijo en situaciones de cuadros virales e infecciosos.
Algunos padres han observado cambios favorables en sus hijos luego de implementar una dieta desintoxicante, libre de nitratos, embutidos, leche de vaca, aceites vegetales, gluten y azúcar. De hecho, algunos estudios de la medicina funcional orientan la necesidad de desintoxicar el cuerpo luego de la aplicación de algunas vacunas en los niños.
Otros estudios proponen que la salud intestinal es básica para el control conductual y neurológico de los niños, por tanto, asegúrate de que tu hijo haga sus deposiciones diarias y mantenga limpio sus intestinos y colon. Evita en su dieta refrescos dietéticos, gaseosas, y sustancias como aspartame, por lo menos durante su primera infancia. También es necesario, con orientación médica, que te asegures de incluir en la dieta de tu hijo valiosas fuentes de Vitamina C, vitamina D, vitamina D, además de hierro, magnesio, ácidos grasos omegas 3 y 6, y GABA, no solo para fortalecer su sistema inmunológico sino también propender procesos tanto neurológicos como corporales.
Sobra decir que el agua que tu hijo beba, debe ser pura y altamente alcalina, necesitas alimentar a tu hijo con bebidas y alimentos orto-moleculares que realmente le nutran y no simplemente le llenen. Y luego de controlar esta área, el adecuar el ambiente de tu casa es muy importante, por ejemplo, que la música que tu hijo escuche sea música culta y armónica le favorece sobremanera, algunos estudios indican que éste tipo de música y la musicoterapia optimizan los procesos neurológicos y cognitivos ayudándoles a tener mayor comprensión de las emociones, por ejemplo. Por otra parte, ya sabrás que ruidos estrepitosos de electrodomésticos o de la cocina pueden ser fuente de estrés para tu hijo, así que es necesario realizar desensibilización sistemática al respecto para protegerlo, podrías exponerlo a ambientes naturales y libres de contaminación acústica, visual, y electromagnética para ayudarlo en su regulación emocional y control comportamental tanto de sus conductas como de sus estereotipias,
En casa, es muy importante, generarle al niño pertenencia e identidad, el que tenga su espacio personal, con juguetes especialmente educativos, con objetos de interés para el niño, ambientado con colores adecuados, como el azul, amarillo, verde en tonalidades suaves, quizás quieras evitar el color rojo que muchos niños lo perciben demasiado intenso generándoles hiper- sensibilidad e irritabilidad, igualmente propender para que los espacios de la casa tengan buena iluminación natural al igual que airearlos constantemente. Ahora bien, dentro de los espacios de la casa es muy importante aquellos lugares donde puedas direccionar al niño los momentos de meditación y relajación como apoyo a la terapia cognitiva conductual, esto ha resultado muy eficaz para ayudarle a los niños a canalizar y controlar sus impulsos y generarles mayor auto regulación en sus conductas.
Y respecto precisamente al tiempo que compartes con tu hijo, es muy importante, que, en los momentos de hipo-sensibilidad, donde observes que expresa mayor auto regulación, desarrolles con el niño, los planes caseros, las orientaciones de terapistas, y los momentos de expresividad de la afectividad positiva para estimular principalmente su comunicación, su educación emocional, y sus niveles de autoconciencia, son esos momentos donde te puedes sorprender de que cómo tu hijo puede llegar a compartir apartes de su mundo interior donde habitualmente está inmerso. Ahora bien, no debes olvidar que las habilidades motoras siempre las debes estimular y hacerlo al aire libre generará mayor interés por parte de él, sobra decir, que la televisión, las pantallas, los celulares y demás artefactos pueden resultar nocivos especialmente en la primera infancia.
La socialización a través del preescolar, también es un elemento clave en el desarrollo de las habilidades comunicativas, en el avance de su interacción social, en su regularización conductual, y en el desarrollo de sus habilidades cognitivas, y aunque el kindergarten ayuda montones, no debería ser la única fuente social para el niño, desafortunadamente muchos padres terminan limitando las interacciones sociales de los niños debido a sus comportamientos irritables o desregularizados, sin embargo, es propicio generales otro tipo de contactos como por ejemplo, interacción con animales de granja, interacción con pares en un parque infantil, asistencia a conciertos y espectáculos infantiles tranquilos, entre otros, con esto, le ayudarías en gran manera a su madurez integral. Obviamente, es prudente evitar lugares bulliciosos, escandalosos, con sonidos estrepitosos, con tumultos, o similares, igualmente es prudente evitar hablar negativamente del niño en su presencia, rotularlo, presionarlo y tratar de manipularlo, esto no funciona en ningún caso.
Ahora bien, todo lo que el sistema pueda ayudar a tu hijo es alentador, pero no te descuides a ti mismo, los estudios indican que los padres y madres de niños con TEA, sufren más depresión y ansiedad que otros padres, así que no se trata solamente de ser pacientes y tener esperanza, sobre todo se trata de que trabajes en tu inteligencia emocional y espiritual, recuerda que toda tu angustia, ansiedad, irritabilidad, frustración, decepción, tristeza, y sobre todo miedos y temores, son directamente transmitidos y tu hijo los siente, los percibe o los presiente, porque aunque tenga dificultades en lenguaje expresivo verbal y no verbal, a nivel espiritual puede percibir más allá de las palabras, llegando a entender el estado de tu corazón. En este sentido es prudente para muchos padres recibir apoyo terapéutico tanto longitudinal como transversal.
Finalmente, no olvides la gran persona que eres como padre o como madre, vas paso a paso, solo tú puedes notar los grandes avances que para otros son minúsculos, celébralos, te invito a continuar siendo diligente, laborioso(a), incansable, perseverante, investigador(a), tienes un hijo o una hija muy diferente, particular, singular y como te habrás dado cuenta, con el corazón más puro y transparente que puedas encontrar, más allá de tus pesares y temores, necesitas prepararlo para el mundo que le espera cuando sea mayor, esa es su verdadera necesidad y tu más apremiante misión.