La inseguridad es esa auto percepción que nos hace sentirnos abrumados, nerviosos, sin confianza, sin certeza, es ese sentimiento que nos lleva a aislarnos, a ser inconstantes, inestables, vulnerables, a vivir en permanente incertidumbre, e inclusive paranoia. Cuando una persona experimenta inseguridad, puede llegar a sentirse ineficiente, improductiva y muy temerosa, también puede llegar a tratar de compensar su estado, mostrándose con falsa humildad, o, con actitudes arrogantes, egocéntricas, egoístas y agresivas. La inseguridad genera frustración, inestabilidad emocional, altera la autoestima en todas sus dimensiones, es decir, en su autoconcepto, autoeficacia, y autoimagen. Una persona insegura, se siente incapaz, y actúa de manera defensiva en lugar de proactiva.
Es muy importante que sepamos manejar y controlar la inseguridad, porque así, actuaremos con mayor cordura, discernimiento y sabiduría frente a tensiones, conflictos, situaciones y desafíos diarios. Las personas seguras por lo general, desarrollan sus competencias, maduran y potencian su criterio, tienden a lograr mayor productividad, y solucionan de forma asertiva funcional y práctica. Existen muchos riesgos para las personas que no controlan o superan la inseguridad, y es que con el tiempo, pueden convertirse en personas que procrastinan, que no cumplen sus metas propuestas, que se amargan fácilmente, que dudan de todo, que proyectan una autoestima lastimada, con despropósito, confusión y fracaso, también pueden terminar, sobredimensionando todas las situaciones que suceden a su alrededor, es decir, convirtiendo todo en un conflicto o problema por insignificante que sea, y desafortunadamente, también pueden terminar lisiando o deteniendo el desarrollo de su carácter y de su criterio personal, dándole más importancia, a lo que otros opinen y decidan, por encima de su propia individualidad y derechos.
Ahora bien, con respecto a las causas por las cuales una persona termina pensando, sintiendo y viviendo en inseguridad, encontramos varios orígenes, por ejemplo: conflictos de apego materno y paterno percibidos aún desde la gestación, es decir, cuando los hijos no son deseados consciente o inconscientemente, después, luego de nacer, cuando no se dió el apego esperado con progenitores. También hay personas cuya inseguridad se formó por las pautas de crianza en varios ámbitos recibidas en su primera y segunda infancia, en este caso, tenemos varios aspectos:
- Los estilos de autoridad y de disciplina, donde padres y madres fueron demasiado dominantes, cuestionadores, sobre-exigentes, rígidos, y castigadores.
- Los modelos de comunicación verbal y no verbal, donde se recibió un lenguaje negativo, sarcástico, irónico, exagerado, cruel, violento, despectivo, o también gestos despreciativos, de burla, de rechazo y de menosprecio.
- Las pautas sobreprotectoras, donde padres y madres fueron absorbentes y resolvían todo a sus hijos, lisiando el desarrollo madurativo de sus hijos y evitando tolerancia a la frustración y procesos de autoregulación.
- Las pautas autoritativas, donde padres y madres fueron violentos y corregían recurrentemente con castigos físicos, violencia verbal, violencia psicológica, y donde abundaban las amenazas, y los estilos cohercitivos y punitivos.
- El manejo inadecuado de las relaciones entre hermanos, donde padres y madres, comparaban a hijos y no manejaban la individualidad y la singularidad de los hijos.
- La negligencia paterna y materna cuando los padres y madres no estuvieron para suplir las necesidades no sólo físicas, sino emocionales, sociales, afectivas, psicológicas y demás, que los hijos necesitaban de acuerdo a su desarrollo psicoevolutivo.
- Los modelos disruptivos de los mismos padres que criaron a sus hijos con mucha inseguridad, con temor, sin objetivos educativos claros, sin visión sobre la crianza o con incoherencia entre el discurso y la acción.
- Experiencias traumáticas de desarrollo, por ejemplo, cuando los hijos vivieron en un hogar disfuncional por divorcio de los padres, por muerte de uno de ellos, por dificultades económicas recurrentes o quiebras financieras, por enfermedades personales o de algún miembro de su familia, etc.
Estas son solo algunas causas, por las cuales una persona al crecer puede sentirse insegura, sin embargo, hay que reconocer que la inseguridad no se origina solamente en la primera y segunda infancia por las anteriores razones, también, pueden existir otras causas que se desarrollan en la etapa adulta, por ejemplo, cuando se tienen experiencias significativas negativas de fracaso, cuando se vive en angustia constante o intermitente, cuando se sobrecarga día a día con estrés negativo, cuando se tienen pobres o nulas relaciones interpersonales, cuando son frecuentes los conflictos en las relaciones de pareja, cuando se desarrolla una enfermedad orgánica, cuando se tienen crisis económicas o laborales, cuando se vivencian situaciones traumáticas como fragmentación del hogar, divorcios, accidentes, muertes, o catástrofes, pero también, la inseguridad puede deberse al entorno cultural, al medio social y las situaciones que el ambiente envuelve.
Sea la causa o causas por las cuales se siente la inseguridad, para saber amarte, es necesario controlar y vencer la duda y la inseguridad, comienza reconociendo los pensamientos negativos que tienes acerca de ti mismo, igualmente, identifica exhaustivamente tu lenguaje interno, haz un trabajo de reestructuración cognitiva al respecto, también es importante que admitas tus temores más profundos, en este caso, ten en cuenta que el temor a la aprobación es un común denominador en todos los casos de las personas inseguras, al igual que el temor al rechazo o abandono, si es necesario, recurre a orientación terapéutica para superar dichos temores, también es valioso, que trabajes intencionalmente con tu autoestima, será necesario que descartes patrones de perfeccionismo, rigidez, y de comparación, igualmente será propicio sanar heridas emocionales de tu pasado y contenidos internos psicológicos no resueltos para equilibrar la autoestima y erradicar la dependencia emocional, también será muy útil desarrollar un plan de trabajo para aumentar la tolerancia a la frustración, aumentar la habilidades sociales para evitar el aislamiento y hermetismo, implementar estrategias comunicativas, desarrollar la capacidad de adaptación y la flexibilidad.
En fin, puedes disponer de una serie de herramientas, para superar la inseguridad, por eso, hoy te recuerdo, que tú eres un ser humano con grandes habilidades, inteligente, dotado, destinado o destinada para el éxito, para la grandeza, tienes derecho a un futuro brillante, tienes atributos para ser un vencedor, una vencedora, decídete a cambiar la inseguridad, por la confianza, por la certeza y por el optimismo, irremediablemente podrás disfrutar tu vida, tal y como te la mereces.
Si requieres orientación al respecto, no dudes en consultarme.