A diferencia de lo que algunos padres creen, la mejor manera de hacer “sentir” amado, valorado, aceptado y afirmado a un hijo pequeño, es jugando intencional y divertidamente con él, -no hablándole al respecto-. El juego divertido y la afectividad, están estrechamente relacionados con el vínculo y las sanas relaciones paternas.
Los padres enriquecen su imagen y su autoridad prestigio ante sus hijos, cuando al compartir juegos y actividades dentro o fuera de casa, estos los observan divirtiéndose, es realmente significativo para un hijo que su papá o mamá, no simplemente juegue con él, sino que además disfrute jugar con él. Esto le da mayor seguridad, además de hacerlo sentir protegido teniendo padres que fijan límites, pero que también son amorosos y cercanos en los momentos lúdicos.
Como padres, debemos saber que el jugar con nuestros hijos, les prepara para que jueguen con otros niños, esto potencia su inteligencia emocional en sus dimensiones inter e intra-personal. En momentos de juego, la ansiedad y el estrés de los niños se reduce significativamente, el ambiente lúdico protege su salud mental, generando una apertura emocional, que conduce a la catarsis y a la canalización adecuada de frustraciones y temores.
Si en el momento del juego, los padres aprovechan esta apertura emocional, para enviar mensajes positivos a los niños, esto les genera reflexiones, aprendizaje, consciencia y desarrollo moral, de acuerdo a las virtudes y valores que están intentando enseñar al niño, obvio, según sea la etapa psico-evolutiva por la que esté atravesando. De esta manera se asegura una buena autoestima, y aumenta su pertenencia a la familia, fortaleciendo su identidad personal y singular como hijos amados y valorados.
Cuando padres e hijos juegan regularmente en distintos contextos, se sienten mayormente conectados, y esta conexión, será mayor o menor dependiendo ciertamente del tipo de juego, entre mayor sea el contacto físico, la expresión verbal, la alegría expresada y el juego organizado, mayor conectividad sentirán los niños hacia sus padres. No lo olvides, si quieres fortalecer tu vínculo afectivo con tus hijos, juega divertidamente con ellos, comparte tiempo y actividades, y recuerda expresarles un “te amo”, o también, un “que rico ser tu papá/mamá” en medio de las risas y actividades. Esto definitivamente estrechará lazos que se mantendrán el resto de sus vidas.
Estaré muy pendiente, si deseas mayor orientación al respecto.