Para algunos es muy difícil establecer o fijar un hábito en su vida, ¿te ha pasado que tienes las mejores intenciones para implementar rutinas de ejercicio, rutinas de alimentación, rutinas de deporte, rutinas de lectura, o inclusive rutinas de oración y meditación, u otras, y comienzas con el mejor ánimo, pero luego de un corto tiempo, terminas claudicando, evadiendo o postergando estas rutinas? Creo que a muchos nos ha pasado, hemos intentado establecer nuevos hábitos, pero hemos tenido que “luchar” literalmente para romper viejos hábitos. Es que, si es difícil implementar nuevos hábitos, pues resulta mucho más difícil, aunque no imposible romper viejos hábitos destructivos, dañinos, disfuncionales y negativos.
Los hábitos son rutinas operativas que realizamos sistemática y casi permanentemente, y que determinan nuestra estructura comportamental, es la repetición de ciertas acciones en nuestra vida, que se van volviendo no conscientes, y que se realizan casi espontáneamente, sin siquiera preguntarnos o cuestionarnos al respecto, ya que las realizamos casi automáticamente, pues no las pensamos, sino simplemente las hacemos.
Algunos investigadores afirman que más del 40% de nuestras acciones diarias son cíclicas, repetitivas, y corresponden a hábitos que hemos incorporado a nuestra vida, esto significa que todos los días, terminamos haciendo las mismas rutinas de la misma manera una y otra vez. Por esto cuando un hábito es negativo, es muy difícil de romper, pues hasta el cerebro, en sus diferentes estructuras ya se ha habituado y memorizado para realizar de forma espontánea las acciones.
Y en este punto precisamente, radica la dificultad para implementar o adquirir nuevos hábitos, ya que resulta un tanto difícil especialmente cuando se trata de modificar ciertos hábitos como la alimentación, el manejo del tiempo libre, la práctica del ejercicio, las rutinas de sueño y descanso, el dejar un hábito de cigarrillo o alcohol, o inclusive el cambiar patrones de relacionamiento o amistades, etc., cuando se quiere modificar este tipo de rutinas, el cuerpo y la mente tienen memoria, porque la practica automática de viejos hábitos por meses, años y décadas, establece una sobrada supremacía, sobre las nuevas intenciones de cambio, resultando en intenciones ahogadas, debilitadas e inclusive derrotadas al poco tiempo y por eso algunos personas terminan sintiéndose derrotadas o vencidas.
¿Qué hacer entonces para modificar hábitos negativos y/o establecer nuevos hábitos?
Inicialmente te será muy útil tener claro, los objetivos y el plan de acción, es decir, saber lo que vas a lograr al modificar o implementar el hábito, los beneficios que obtendrás al realizarlo, beneficios mentales, emocionales, corporales, relacionales, económicos, familiares, de pareja, en tu salud, en tu paz interior, en tu nivel de felicidad, en tu propósito de vida, etc. El saber por qué, el saber para qué y el saber cómo, te dará seguridad y empezarás confiado y estructurado.
Ten en cuenta que la ejecución de los nuevos hábitos debe generar agrado e inclusive diversión. Las investigaciones apuntan a que las personas que más logran cumplir sus intenciones de hábitos, encuentran las rutinas agradables y hasta divertidas, y esto les genera mayor motivación y constancia para perseverar en ellas hasta el final.
Debes estar muy pendiente de los pequeños logros, de las pequeñas metas, y valorar los avances e inclusive, ser muy intencional para identificar las recompensas que estas obteniendo al practicar la nueva rutina y percibirte tú mismo premiado, ya que esta percepción, favorece químicamente tu organismo y tu cerebro, estimulando la ejecución cada vez mayor.
Ahora, la práctica constante inicialmente de 21 días, si estimula el aprendizaje, pero en su gran mayoría, es después de 2 o 3 meses, cuando este aprendizaje se fija cerebralmente, y comienza a ser espontáneo, eso sí, si la persona ha percibido el hábito como algo agradable, útil, y hasta divertido. Puedes saber que el hábito que te has propuesto implementar, está aprendido y asimilado por tu cerebro y tu cuerpo, cuando al hacerlo lo haces de manera espontánea, y básicamente no representa un esfuerzo, o una “lucha” para realizarlo.
En cuanto a los hábitos erráticos o disfuncionales, el problema radica en que algunos de ellos han generado adicción, y otros cuantos han generado patrones de disfuncionalidad, que seguramente han afectado distintas instancias de la persona, desde su autoestima, hasta sus relaciones y su calidad de vida, sin embargo, determinar el cambio es quizás la parte más crucial para comenzar a romper los malos hábitos. Cuando la persona reconoce que necesita cambiar, comienza realmente su cambio. Si este es tu caso, deberás pasar por muchas situaciones, sin embargo, el compartir tu meta con otros, te ayudará inicialmente a mantenerte motivado, el tener un grupo de referencia y de apoyo te sostendrá en momentos difíciles, el contar con apoyo terapéutico te protegerá mental y actitudinalmente, el rodearte de un ambiente funcional y “sano” por decirlo de alguna manera, llenará tu tiempo con sentido y propósito. Animo, toma hoy la decisión.
Finalmente, no olvides que lo más difícil no es iniciar o arrancar, generalmente la parte más pesada es a mitad del camino o inclusive hacia el final, cuida tus pensamientos en esta etapa, pueden llegar a ser tu mayor enemigo o tu mejor aliado, los pensamientos tienen el poder de desanimar, pero también de apoyar, tú decides. Si es necesario reorganízate, no te dejes agobiar por el estrés, este puede resultar tan influyente como para botar todo el trabajo realizado a la basura. Tienes la capacidad de superar el agotamiento y el estrés, en todo momento, vuelve a tus metas iniciales, renueva tu motivación y energiza tu actitud para seguir perseverando hasta lograr el hábito que tanto anhelabas tiempo atrás. Cuando menos lo pienses, estarás realizando las rutinas de forma automática y espontánea, generándote el bienestar, la satisfacción, y la felicidad que tanto buscabas. Pero tienes que ser muy decidido y determinado para seguir, tienes que ser muy serio para cumplirte a ti mismo y tienes que ser muy respetuoso para tomar en serio tus decisiones iniciales.
Mi deseo es que puedas cumplir todas tus intenciones de cambio, todas tus propuestas de modificación de hábitos, y todos tus planes para implementar nuevos hábitos operativos y funcionales, indudablemente esto madurará aún más tu carácter, elevará tu calidad de vida y definitivamente, será una forma más de saber amarte.