DESARROLLANDO LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DE LOS HIJOS

by | Mar 22, 2023 | Uncategorized | 0 comments

Que a través de tu crianza tus hijos tengan regulación emocional, que aprendan a ser empáticos y sean conscientes de sus emociones es uno de los mayores aciertos que puedes tener como padre o madre. Alguna vez has presenciado en personas mayores arranques de cólera, crisis histéricas, o cuadros depresivos sin aparente razón, en algún grado estas situaciones se gestaron en la infancia, quizás has observado como las personas un día están aparentemente bien y al otro no, un día saludan y al otro no, un día rebosan de alegría y al otro están sumidos en dolor profundo, esto también puede tener su origen en las pautas de crianza que tuvieron en la niñez. Ahora la pregunta es ¿quieres que tus hijos tengan alta inteligencia emocional a medida que crecen y cuando sean adultos, tengan estabilidad emocional en todas sus áreas?, si es así, deberías optimizar, y si es necesario, modificar ciertos patrones de crianza en función de la verdadera felicidad de tus hijos en su adultez.

Debes saber que, cuando los niños van aprendiendo a autorregularse emocionalmente, van desarrollando la capacidad de modificar su propia conducta frente a las exigencias situacionales, de ahí la importancia de que lo aprendan en casa desde muy pequeños, específicamente cuando comienzan las pataletas y algunos berrinches, y es en esta época donde podemos ayudarles a salir del egocentrismo propio de la primera infancia, por tanto, es prudente saber manejar asertivamente las pataletas y los berrinches, te recomiendo mis artículos anteriores donde detallo al respecto de éste manejo, ya que, en la gran mayoría de los casos, las pataletas de los niños persisten básicamente por la actitud de los padres y cuidadores de los niños, es decir, por el ambiente que rodea al niño.

Ahora bien, desde que nacen, los niños asocian sus emociones a sus necesidades biológicas, los adultos respondemos a sus distintas manifestaciones de llanto y les vamos enseñando la expresión de otras como la alegría, la sorpresa, etc., con el pasar del tiempo, la crianza debe generar diálogos y modelado para que no solo aprendan a reconocer las emociones básicas, sino que aprendan a reconocer que ellos mismos, tienen el poder de controlar dichas emociones, es decir, que está en sus manos y no en las nuestras el controlarlas, precisamente, porque son sus emociones, y esto lo puede comprender perfectamente un niño de tres y medio o cuatro años.

Así que, en la medida en que logren autorregular la ira, el enojo, la rabia, la tristeza, entre otras, aumentarán progresivamente la tolerancia a la frustración, también podrán frenar sus conductas impulsivas de agresividad, lograrán desarrollar paciencia para esperar cuando deben, y también comenzarán a tener éxito social en el preescolar o colegio, porque expresaran emociones con sus pares de forma saludable, formando mejores relaciones con sus amiguitos y compañeros.

En todo este proceso, el modelado de los padres, de los adultos, y de las figuras observadas en los medios de comunicación, son la clave para que los niños reproduzcan no solo la manera de expresar las emociones, sino de regularlas y canalizarlas. Algunos estudios indican que los padres que muestran una gama amplia de emociones positivas y negativas en contexto sociales apropiados, así mismo, serán imitados por sus hijos. De ahí la importancia de que los padres trabajen en sus angustias, sus ansiedades, sus niveles de ira, etc. para que no modelen emociones negativas e incontroladas y de difícil manejo en los niños.

Ahora bien, los padres y adultos necesitamos aceptar las emociones de los niños, por ejemplo, cuando nos desesperamos ante su llanto, cuando no sabemos manejar su tristeza, o cuando nos angustiamos ante su actitud de aburrimiento, les influenciamos negativamente para su expresión y autorregulación emocional, por el contrario, cuando expresamos paciencia y asertividad ante sus emociones, entonces se sentirán libres para expresar sus emociones, pero confiados en que les ayudaremos a canalizarlas adecuadamente y les enseñaremos a expresarlas correctamente en ambientes sociales. Obviamente, esta expresión emocional de los niños debe ser coherente con su edad, con su comportamiento, con su temperamento, y con las necesidades reales del niño, también es importante la mediación a través de la autoridad prestigio en medio de éste proceso.

Y a propósito de la autoridad, cuando los padres expresan un estilo punitivo, tienden a ser poco receptivos y bastante exigentes, con este estilo de autoridad, los padres amenazan, advierten,  minimizan y hasta ridiculizan las emociones de los niños, por ejemplo  con comentarios como “deja de portarte como un bebé”, algunos inclusive se angustian ante las conductas disruptivas y los estallidos emocionales de los pequeños, haciendo casi lo mismo que ellos, y proyectando restricción emocional en los niños, con el tiempo, los niños terminan modelando expresión emocional negativa, frustración por represión o dificultades de internalización lo que dificulta el desarrollo de su inteligencia emocional.

Así que, de lo que realmente se trata es de ayudar a los hijos -no reprimirlos-, que comprendan sus emociones y las expresen en formas socialmente apropiadas, por ello el diálogo siempre debe darse, aunque en muchos casos, se debe hacer luego de la conducta disruptiva, cuando el niño o niña no estén en modo defensivo, sino con una actitud de mayor recepción.  En el momento de la “crisis” serán necesarios comentarios como por ejemplo “sé que estás enojad@ y te entiendo, sin embargo, no debes gritar aquí”. Este tipo de frases conforman un coaching emocional adaptativo útil en la educación emocional y moral.

La autoridad prestigio aplicada con prudencia y respeto, es una herramienta efectiva para educar emociones, por el contrario, cuando los padres son permisivos, indulgentes, es decir, cuando no establecen límites,  aunque pueden ser receptivos son poco exigentes, por lo que los niños demuestran deficiente regulación emocional, expresando conductas disruptivas como por ejemplo agresividad, esto es, porque los padres que no establecen límites, tampoco proyectan motivación y orientación a la exigencia en la autorregulación emocional. Otro estilo de autoridad es aquellos de padres tiránicos, es decir, autoritativo, son aquellos padres, que tienen emociones descontroladas de ira cuando los niños no les obedecen, lógicamente terminan modelando emociones negativas en los hijos.

De otro lado, no hay que olvidar que la autorregulación emocional, también se puede asociar a la manera como los padres enseñan hábitos y rutinas, ya que, éstas al contrario de lo que algunos padres arguyen en cuanto a rigidez, realmente dan seguridad a los niños, y al sentirse seguros, los niños sienten calma, serenidad, tranquilidad y le encuentran sentido general a su vida.

Así que no se trata simplemente de enseñarles la expresión emocional a los niños para generar inteligencia emocional, este es un primer básico punto para iniciar, es muy importante ser modelos adecuados emocionales, los hijos no solo heredan, también imitan las emociones negativas de los adultos, igualmente, es necesario ayudarles a reconocer sus estados emocionales en distintos momentos tanto cotidianos como en momentos de crisis, al respecto, validarles sus emociones les enseñará empatía, y así les permitirá ponerse en el lugar de otros cuando estén socializando.

Ten en cuenta también el temperamento de tus hijos, conocerlo ayudará a entender la forma apropiada para ejercer autoridad y orientar la expresión emocional de los pequeños, de igual manera, el vínculo madre e hij@ por ejemplo, es clave para entender el apego que se exprese, es decir, aquellos niños con apego seguro a sus padres, expresarán patrones funcionales de regulación emocional, en comparación con aquellos que tienen apego inseguro o conflictivo, ya que en estos casos, los padres responden de manera inconsistente a las emociones de los niños. Es muy importante desarrollar un apego correcto frente a los hijos, darles seguridad, escucharlos, permitirles expresar sus emociones, sentir y proyectar confianza, y sobre todo actuar con seguridad.

A este respecto nunca olvides que tu hij@, regulará sus emociones de afuera hacia adentro, a medida que va creciendo, ya que su capacidad cognitiva y su lenguaje, le permiten discernir las situaciones, los contextos y la afectividad implicada, los niños progresivamente internalizan el manejo adecuado de sus emociones, gradualmente se autorregulan, se auto controlan, van aprendiendo a esperar, van prestando mayor atención, y por supuesto, van aprendiendo a saber postergar la satisfacción, y con ello, aumentando la tolerancia a la frustración, muy temprano será el llanto, la risa, y ciertos movimientos corporales, las formas en que expresen emociones, pero luego, a través de su lenguaje y desarrollo cognitivo, tendrán la capacidad de desplegar un amplio espectro emocional y manejar su emociones lo que le ayudará entre otras cosas a reducir por ejemplo el estrés y la ansiedad, además de comunicar trasparentemente sus sentimientos, especialmente a través del juego.

Bueno, te dejo algunas ideas que te pueden inspirar para que tu hijo desarrolle su inteligencia emocional,  comienza a estimularla desde que tu hij@ nace, tu cara es tu mayor herramienta, tus ojos, tu mirada y el tono de tu voz se asocian desde muy temprano a sentimientos y emociones, que tu hijo aprenda muy temprano las emociones básica por tu expresión corporal, en la media en que crezcan comparte historias, cuentos, películas, lecturas, imágenes y demás para enseñar a tus niños las emociones, ve complejizando acompañando las emociones con historias y situaciones de la vida real, también resulta clave, que en la crianza utilices  frases como “te entiendo”, “comprendo que”, “se cómo te sientes”, ya que éstas frases hacen sentir a tu hij@ mas conectado contigo, a su vez, les enseña empatía. Recuerda la importancia de ser coherentes con tu expresión emocional, pero a la vez, canalizarla adecuadamente frente a ellos, modela buenos comportamientos, te están observando todo el tiempo, no sobre-dramatices, no minimices, simplemente se coherente con tus sentimientos, da ejemplo de calma, serenidad y control, a medida que tus hij@s crezcan, puedes plantear juegos de roles o situaciones hipotéticas para determinar los manejos adecuados de las emociones.

Hoy te recuerdo que los padres con carácter reconocen lo bueno en sus hijos, sus aciertos, de hecho, están más pendientes de estimular que castigar, se toman el tiempo de dialogar sobre sentimientos con sus hijos,  conversan teniendo en cuenta la individualidad y singularidad de los hijos, y sobre todo, son padres pacientes, que comprenden que la autorregulación emocional es un proceso que requiere en muchos casos ensayo y error, pero que con la orientación adecuada, genera la verdadera inteligencia emocional a mediano y largo plazo.