EDUCANDO LA COMPETITIVIDAD EN LA PUBERTAD
Como educarles la fuerza, disciplina y perseverancia para que logren el éxito.
La fuerza o fortaleza, la disciplina, la perseverancia son valores éticos y morales que determinan la actitud y el comportamiento de los seres humanos.
Particularmente, se forman luego de que los niños hayan aprendido el orden, la obediencia y la sinceridad en los primeros 5 años, posteriormente la justicia, luego el respeto, y ahora en esta etapa de finalización de infancia e inicio de pubertad, los chicos comienzan a vivenciar con mayor profundidad la amistad y la generosidad, todas estas virtudes comienza a soportar con mayor estructura la Fortaleza, la disciplina, y la perseverancia que son los valores que hoy nos atañen precisamente para que los niños demuestren resistencia y de ésta manera puedan desempeñarse de acuerdo a las expectativas del medio.
Entonces una primera consideración para todos los padres, es el hecho de que el éxito de nuestros hijos inicia con la educación de valores y virtudes morales y éticas, que lógicamente, debe hacerse desde siempre, desde que nacen, porque los valores se deben formar primeramente con ejemplo, con testimonio, con nuestro modelado, con nuestras acertadas actitudes.
Por tanto, una segunda consideración es el hecho de que los niños copian todo de sus padres, maestros, adultos y de los medios de comunicación, así que a manera de ejercicio vamos a responder las siguientes preguntas:
- ¿Te consideras un buen ciudadano? Y mejor aún ¿Le has dado ejemplo a tu hijo de obediencia?
- ¿Eres ordenado? ¿Disciplinado? ¿Trabajas con alegría, haces los quehaceres con agradecimiento?
- ¿En casa hay un ambiente de respeto? ¿Si hay pareja, la tratas bien delante de tus hijos?
- ¿Cómo es el lenguaje que utilizas en casa? ¿Es asertivo?, es prudente?
- En tu rol paterno o materno, ¿has demostrado ejemplo de fortaleza frente a tus hijos, sin dramatiza, sin victimizarte, sin exagerar?
- ¿Eres de las personas que todo lo que empiezas lo terminas demostrando perseverancia?
- ¿Eres de las personas que has cumplido tus metas propuestas?
- ¿Le reclamas a tu hijo que tú a su edad ya habías logrado medallas, trofeos, y campeonatos?
- ¿Tus hijos han sido testigo de tus victorias personales, laborales, deportivas, sociales?
- ¿Eres una persona que no se rinda ante nada?
- ¿Tus hijos pueden decir que eres un papá paciente? ¿una mamá paciente?
- ¿Cuándo las cosas no salen tu reacción es digna de imitar?
- ¿Sabes esperar cuando no te atienden a tiempo? ¿Evitas quejarte o lo haces?
- ¿En los momentos de crisis tus hijos pueden ver en ti, un modelo de entereza, una persona que no desespera, que cuida sus palabras, que controla sus actos?
- ¿Qué tanto de ti ha copiado tu hijo? ¿Qué tanto de ti ha reproducido tu hijo?
Los que me conocen saben de una de mis frases favoritas: “la escuela del amor y de todas las virtudes es el hogar, es la familia, es nuestra casa”. Hoy es un día propicio para reflexionar en los valores que realmente hemos infundido en nuestros hijos, no de palabras, no con discursos o cantaletas, no con comparaciones hacia otros hogares o familias, sino realmente, aquellos que hemos demostrado todo el tiempo.
La ventaja que tenemos, es que nuestro rol de padres es vitalicio, siempre podremos influir en ellos, la desventaja que tenemos es que ya están en la segunda infancia y la mayoría en el inicio de la adolescencia comúnmente llamada pubertad.
Revisemos un poco en lo que los chicos en la pubertad están metidos en este momento, es necesario reflexionar en ¿Cuáles son los desafíos que tienes como padre o como madre?, recordemos lo que los hijos en su pubertad, puedan estar viviendo:
- Grandes cambios físicos y emocionales a nivel interno y externo
- Establecimiento de fuertes y duraderas amistades y complejas relaciones, inclusive de nuevas amistades cuando sienten que tienen cosas en común, porque para ellos es demasiado importante sentir que pertenecen a algo.
- Particularmente los compañeros y amigos pueden ser cruciales, debido a que todos comparten los mismos intereses y objetivos, lo que, a su vez, les genera una alta presión para no fracasar.
- Casi todos comienzan a presentar conflictos de autoestima especialmente de su imagen corporal y de su autoeficacia.
- Se vuelven más atentos a lo que les decimos y aunque intentan entender otros puntos de vista, comienzan a defender sus propias ideas, ideas que siguen siendo afectadas por los medios de comunicación y por la cultura.
- Una gran mayoría comienza a tener conflictos de identidad, no creen saber quiénes son, o que son o cuál es su propósito, o que quieren de la vida.
- Comienzan a expresar nuevos gustos, aficiones, o hobbies, nuevos intereses aún de la nada producto de algún detalle que les interesa o de la influencia de amistades.
- Los padres pasan a un segundo plano, desplazados por sus amigos por lo que se recrudecen los conflictos paterno filiales y se generan situaciones de compinchería entre ellos.
- Buscan tener momentos privados, comienzan a defender su intimidad y a querer manejar su tiempo personal de forma independiente.
- Aunque no lo digan, muchos están desesperados por encontrar sus talentos y habilidades.
- Algunos de ellos comienzan a enamorarse por primera vez o por lo menos aparentan estar enamorados para aceptación de los demás y de sus grupos de referencia.
- Comienzan a expresar cambios de humor y de genio, se enfatizan sus defectos de temperamento y sus rasgos negativos de personalidad, inclusive algunos expresan facilidad para llorar, para estar tristes, luego de estar aparentemente bien, o se vuelven groseros para responder
- Algunos se vuelven retadores y desafiantes frente a la autoridad, ponen a prueba la autoridad.
- Se sienten presionados por sus pares hasta niveles que uno nunca pensaría, y esta presión se aumenta cuando tienen demasiadas alteraciones de autoestima.
- De la misma manera, a estas edades son muy vulnerables para desarrollar estrés, es decir, literalmente se sienten sobrecargados con la presión por el estudio, por los deportes, por las responsabilidades que tienen que cumplir, todo esto, con el agravante que a su edad no saben resolver el estrés de manera completa y madura, sino que muchos, al ser presionados se vuelven muchos más disruptivos que asertivos, es decir, terminan equivocándose más de lo que lo hacían antes.
¿Entonces que hay que tener en cuenta?, pues PARA QUE ELLOS TRIUNFEN, PARA QUE SEAN FUERTES, PERSEVERANTES, RESISTENTES, DEFINITIVAMENTE NECESITAN MUCHO A SUS PADRES, te necesitan a ti, así que:
- Tus palabras, tu conducta y tu actitud como padre y adulto frente a ellos son demasiado importantes. Les afecta absolutamente todo lo positivo y lo negativo que hagas, todo lo que les digas y les muestres. Y muy seguramente, te van a refutar, sobre todo en lo que no están de acuerdo.
- Todas las veces que menosprecias sus comentarios, sus esfuerzos, inclusive sus resultados pueden ser más nocivo para ellos que lo contrario, además, les puede generar mayores conductas disruptivas y actitudes de fracaso.
- Ellos esperan que entiendas sus preocupaciones y las abordes de manera prudente y sabia, en lugar de menospreciarlas o hasta burlarte de ellas.
- Ellos esperan que entiendas sus cambios por ejemplo de alimentación, de gustos de ropa, de gustos de programas, de gustos de lugares, de gustos de personas, de gustos de música, de medios, etc. Están en una época donde son diametralmente influenciables por grupos de referencia y por los medios de comunicación. Así que tu influencia debe ser asertiva y no lo contrario.
- Es una etapa donde necesitan escuchar de parte tuya, elogios y no lo contrario. Hablarles en función de sus logros, y no de los tuyos, y en caso de que no haya logros aparentes, destacar conductas o acciones buenas y que se pueden elogiar. Esto es muy importante para su autoestima y autoeficacia.
- Aunque en público no siempre les gusta las expresiones afectuosas, en privado sí. También les agrada que hables bien de ellos dentro de la familia.
- En esta etapa son particularmente sensibles al afán, a la impaciencia de los padres, aborrecen que los afanes, que los apuren y les ofende tus muecas, aunque ellos las tengan también.
- Es importante favorecerles un ambiente sano, esto incluye darles muy buena alimentación nutricional, protegerles sus descansos, sus horas de sueño, darles un ambiente de paz y no peleas, un ambiente libre descontaminado de ondas electromagnéticas. Para que desarrollen sus habilidades, capacidades y tengan su mente bien ocupada, es necesario generarles rutinas y hábitos operativos de lunes a viernes, necesitan obedecer horarios, y acatar la buena organización del tiempo. Las listas, agendas, y los planeadores, son necesarios para que los niños aprendan la disciplina necesaria en cualquier práctica de deportes o actividades académicas.
Ahora bien, Cómo haces que tus hijos sean fuertes y perseverantes en sus proyectos
- Es necesario tener en cuenta que, los seres humanos desarrollan fortaleza y perseverancia cuando se esfuerzan, cuando tienen que enfrentar problemas y por sí solos los resuelven, cuando desarrollan autoconfianza en sí mismos.
- Igualmente, se vuelven fuertes y perseverantes, cuando pueden obtener victorias, pero no necesariamente victorias de grupo, públicas, sociales, sino también victorias personales, en privado, y de acuerdo a auto-comparaciones y no comparaciones con otros.
- Se vuelven fuertes cuando enfrentan la frustración desde pequeños y desarrollan autocontrol y auto-regulación, es decir, frente a pataletas, berrinches, mal genio, irritabilidad, enojos, se les permite que ellos mismos se calmen.
- En cuanto a las competencias, hobbies y aficiones, hay que tener en cuenta que los niños que se sienten bien consigo mismos, es decir que tienen adecuada autoestima, son más capaces de resistir la presión negativa de sus compañeros, de sus equipos y son más capaces de tomar mejores decisiones por sí mismos y de actuar con mayor seguridad.
Evidentemente, los niños que practican un deporte, están mayormente protegidos contra los riesgos de nuestra cultura, particularmente el inicio de la pubertad y la adolescencia también genera una presión a la cual se tienen que enfrentar, no olvidemos que son presionados de forma directa e indirecta a consumir alcohol, tabaco, sustancias psicoactivas, a iniciar sus actividades sexuales, son presionados a jugar videojuegos, a adherirse a ideologías de moda, a aceptar por fuera de casa lo inaceptable dentro de casa. Tristemente también, algunos terminan en trastornos de alimentación, depresión, conflictos de identidad, ideación suicida, y diversos problemas familiares y por esto es muy importante que tengamos en cuenta ciertos tips para ayudarlos a ser más competentes cada día y seres humanos con excelencia.
- Primero que todo, recuerda que tu hijo, es único, irrepetible, singular, no existe nadie más como él, es maravillosamente particular, por esto, NUNCA lo compares con nadie de dentro o fuera de la casa. Tu hijo avanza a su propio ritmo, respétalo.
- Es muy importante respetar las opiniones de tu hijo, ten en cuenta sus sentimientos, así que no cometas el error de callarlo, anularlo con tus comentarios de frustración o expectativas demasiado elevadas. Muéstrale que verdaderamente lo sabes escuchar.
- En su vida académica o deportiva, es importante ser realistas conforme a las capacidades que ha venido demostrando, si bien, hay que exigirle y animarlo a superarse, es necesario que tú como adulto, no pierdas de vista la diferencia entre la realidad vs. las expectativas. Es importante que hables las metas que tu hijo se ha trazado él mismo, porque a la larga, él debe luchar por sus metas, no, por las nuestras
- En casa, deja que tus hijos resuelvan por sí solos sus deberes escolares, sus deberes de hogar, e inclusive actúa con cautela frente a los conflictos que tenga con sus pares.
- Que tu hijo sepa ser buen amigo le protege a nivel emocional, porque así se va a tener una red de apoyo en todos los momentos, pero especialmente cuando las cosas no salgan bien.
- Una forma de aumentar la resiliencia, la fortaleza en tu hijo es el hecho de hablar con optimismo frente a él, lo contrario generará en ellos temores, pánico y esto llevará a resultados malos o a equivocaciones.
- Actuar con ansiedad frente a ellos, expresar los miedos propios, en lugar de impulsarlos, los reprime, los cohíbe, y los hace actuar más erráticamente.
- Compartir actividades adicionales y de interés con tus hijos, les inspira su nivel de excelencia, por ejemplo, ir al estadio, observar juegos internacionales, ver películas de superación, practicar deportes, etc.
- Puedes ayudar a tus hijos identificando sus debilidades en distintas competencias, para practicar en tiempos libres, de ésta manera se potencia la habilidad y se forma seguridad y confianza. Los niños con habilidades desarrolladas se sienten más exitosos en los momentos sociales.
Recuerda que de acuerdo a estudiosos como Edith Henderson, la “resiliencia se entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas”, por lo tanto, educarlos para que sean fuertes, es educarlos para que resistan los avatares que les depara su vida, mira a tu hijo como vencedor, no como vencido, como victorioso no como fracasado, como guerrero, no como víctima, si crees que tu hijo es vulnerable, tus pautas de crianza serán sobreprotectoras, querrás hacerle todo, le terminarás dando extensos discursos y cantaleta, y no le dejarás confiar en sus propias capacidades.
Un hijo vencedor, campeón, competente es formado por sus padres a punta de palabras de afirmación y no lo contrario, con palabras de admiración, con respaldo paterno y materno, con un lenguaje asertivo, es decir, sin ironías, sarcasmos, exageraciones, groserías, o maltrato. Un campeón se forma con disciplina, hábitos, rutinas y mucha paciencia.