EL TEMOR AL FRACASO

by | Jul 15, 2022 | Uncategorized | 0 comments

Seguramente has tenido situaciones donde has vislumbrado el panorama de forma tan negativa y catastrófica, que te ha llevado inclusive a sentir temor, originando hasta cuadros de ansiedad generalizada, o también, has tenido momentos donde has percibido las situaciones, únicamente de dos formas posibles: siendo exitosas, o siendo un completo fracaso.  Si es así, seguramente has desarrollado momentos y condiciones de temor al fracaso.  Hablamos de temor al fracaso, cuando la persona percibe, piensa y siente bloqueos, confusión mental, y enormes limitaciones, que lo llevan a anticipar y hasta vivenciar irremediablemente la derrota, al igual que las consecuencias del fracaso.

Todos los seres humanos hemos fracasado en algo o en muchas cosas, este hecho enmarca el fracaso como algo que prácticamente no se puede evitar, a pesar de que, es la sociedad, la que nos obliga a pensar y luchar solo en el éxito, y no en el fracaso, y quizás por esto, es que la idea de fracasar se convierte para algunos, en un impedimento funcional para emprender, accionar, gestionar, diligenciar, activar o ejecutar, desde tareas cotidianas, hasta planes y emprendimientos. Para otros, la sola idea de fracaso, se convierte en su lenguaje interno y automático, con pensamiento rumiativos que les inspira al autosabotaje y/o, a la procrastinación, sin embargo, debemos reconocer que el fracaso también puede inspirar a levantarse, recomenzar, y superar situaciones, desafíos y problemas.

Ahora bien, sentir temor es una reacción emocional de miedo ante algo externo o interno que se percibe como amenazante. En psicología, el miedo a fracasar se designa como atiquifobia y se describe como ese temor constante, injustificado, exagerado y anormal a cometer errores, a equivocarse, a fallar desbaratando los planes programados. Por supuesto, este tipo de miedos genera en la persona ansiedad, fobias, estrés negativo, entre otras cosas, además de alterarle su desempeño funcional cotidiano. Una persona con atiquifobia deberá realizar un proceso terapéutico para superar su condición, y llevar una vida funcional, y productiva, para así, percibirse con calidad de vida y estabilidad integral.

Te has preguntado, ¿de dónde viene el temor al fracaso? Algunas teorías enmarcan el origen de este miedo en las pautas de crianza, por las relaciones con los padres en la primera infancia, por el tipo de autoridad y relación comunicativa de los niños con sus figuras de autoridad en la niñez y adolescencia, madres inquisitivas, dominantes y perfeccionistas, padres temerosos, inseguros, y con pautas ambivalentes, contradictorias y dramáticas que generan mayor amedrentamiento en los hijos. Por otra parte, personas con mayor grado de vergüenza reportan un índice más elevado de miedo al fracaso, de la misma forma, la ansiedad, tiene un correlato muy fuerte con el miedo, donde el miedo genera ansiedad, y la ansiedad alimenta el miedo. Algunas personas también expresan tanta aversión y rechazo a los riesgos, que por eso desarrollan temor al fracaso. Y también, aquellas personas que son susceptibles a comentarios, críticas, malestares, experimentarán mayor temor al fracaso.

Aunque la sociedad no promociona el temor al fracaso de manera directa, si lo proyecta como algo completamente negativo, nuestra cultura se especializa y enfoca más en los logros y éxitos, que en lo contrario, el temor al fracaso en algunos contextos, es inclusive, negado o minimizado, y las personas somos presionadas constantemente para pensar en el éxito, para competir y compararnos, y aunque esto es productivo socialmente, debemos siempre recordar que en muchos momentos y situaciones, el éxito social y cultural, es potencialmente alcanzable realmente solo para un número limitado o reducido de personas, aunque muchos se esfuercen por alcanzar este tipo de éxito existe la probabilidad de que no lo logren, de igual manera, encontramos personas, que se comportan de tal manera que intenten minimizar el riesgo de fracaso, incluso a costa de alcanzar el éxito, porque también, sin reconocerlo, pueden llegar a expresar no miedo al fracaso, sino miedo al éxito.

Algunas personas vivencian el miedo al fracaso no solo por su historia de crianza y patrones familiares o sociales, sino también, por experiencias, creencias y esquemas cognitivos de temores, inseguridad, baja autoestima, y percepciones de incapacidad, sus propios pensamientos los llevan a creer en fallar, algunos intentan luchar de forma agresiva para evitar caer en el fracaso, y otros, al contrario, evitan enfrentarse a las situaciones, o se quedan paralizados ante ciertas circunstancias.

Ahora bien, si logras identificar las causas del temor al fracaso, puedes realizar un trabajo para minimizarlo, inténtalo, es propicio ser diligente, ten en cuenta que, es muy diferente una persona mediocre que fracasa, y una persona que intentó hacer todo lo mejor para triunfar pero que finalmente fracaso, en éste último, el fracaso es éxito, por cuanto la persona finalmente aprende a reintentar. Por otra parte, si estimas que es muy difícil considerar los riesgos hasta el punto de tenerles aversión, y por eso tienes miedo al fracaso, implementa estrategias de afrontamiento para minimizar esos riesgos, enfócate en el proceso más que en el resultado, enfócate en el aprendizaje más que en la medición del desempeño.

También es importante que analices tus emociones, recuerda que ellas pueden ser temporales, ante un reto, desafío, plan o emprendimiento, el miedo se acrecienta exponencialmente mucho antes de iniciar, pero puede ir disminuyendo durante la gestión o ejecución, resulta crucial la planeación estratégica que minimiza riesgos, la organización logística, la conformación del apoyo humano requerido, y todo lo demás, que humanamente se pueda planear, luego de ello, el miedo y las emociones relacionadas, deberán manejarse con pensamientos funcionales, positivos, adaptativos y sobre todo exitosos.

Te conviene tener una adecuada imagen de ti, al igual que un concepto favorable de tu persona, recuerda que el auto respeto incluye pensar en y con éxito, reconocer tus dones, talentos, capacidades, habilidades y también los aspectos a mejorar, o inclusive tus defectos. Todos los seres humanos terminamos desarrollando las capacidades y las aptitudes de acuerdo a nuestro propósito, a nuestra visión o gusto por la vida, sin embargo, aun haciendo las cosas que más nos agradan, no estamos exentos de fracasar, solamente, que lo seguiremos intentando porque nuestra pasión es la plataforma de nuestra motivación. En este sentido el fracaso no genera miedo, sino que estimula la perseverancia y por consiguiente en algún punto el mismo éxito.

Si temes al fracaso debido a las amenazas ambientales, puedes trabajar en tus pensamientos y tu estilo de vida, fuera de ti, son muy pocas las cosas que puedes controlar, fuera de ti, solo puedes planear, organizar, confiar y esperar. Sin embargo, durante este proceso deberás tener control sobre lo que piensas, aún por encima de lo que sientas. Si tus pensamientos son correctos y están enfocados a la vida y al éxito, estimularás tu creatividad, tu capacidad de innovación, y se aumentará tu tolerancia a los riesgos, favoreciendo la toma de decisiones, y la solución creativa de los problemas o dificultades.

Es necesario que definas las áreas donde sientes o piensas en el fracaso, revisa tus esquemas mentales, identifica las asociaciones que has hecho para llegar a tener miedo, analiza objetivamente si tu temor es racional o irracional, si es objetivo o subjetivo. Si el temor parece estar sustentado, es necesario que adoptes estrategias de afrontamiento radicales, si el temor no es sustentado, puedes tomar la decisión de ajustar tus pensamientos, sentimientos y palabras, para que sean asertivas y equilibradas.

El temor al fracaso estanca, es una parálisis en contra de la libertad de las personas, y detiene el avance, busca no emprender, no accionar, no ejecutar y no desarrollar, sin importar las áreas, los roles, las ocupaciones o los intereses. Así que, no importa tu interés, tu emprendimiento, o tu pasión, recuerda puedes minimizar el temor al fracaso, por ejemplo: una de las características de cualquier microempresario, empresario, y emprendedor, es su capacidad para innovar, y por ello, es necesario que pueda vencer, o por lo menos dominar el temor al fracaso, pues este, es quizás el mayor inhibidor de comportamientos y estrategias de creatividad empresariales.

Por su parte, para las personas deportistas o artísticas, el controlar sus niveles de ansiedad fisiológica y mental, les protegerá contra el miedo a perder competencias o eventos. En las relaciones de pareja, el analizar las situaciones y los hechos en un contexto macro y general, les ayudará a vislumbrar su relación con mayor objetividad, y con menor percepción de incompatibilidad o diferencias. En el área académica, será importante para un estudiante organizarse, manejar inteligentemente su tiempo e incorporar técnicas de estudio de acuerdo a sus canales y estilos de aprendizaje.

En fin, una perspectiva inteligente, contempla el fracaso como un proceso y no como un hecho, de esta manera, podemos concebir que las situaciones de derrota o de error, pueden ser generadoras de estrategias, metodologías o procedimientos adaptativos y útiles, de hecho, gracias a esta perspectiva, disfrutamos por ejemplo, de grandes inventos de hombres y mujeres que ante el fracaso en lugar de vencerse o rendirse, tomaron caminos de perseverancia hasta lograr sus objetivos propuestos.

Así que, por favor recuerda, que el temor al fracaso finalmente atrae fracaso, por esto, es más importante que te enfoques en los procesos, en el éxito, en la satisfacción del trabajo o el esfuerzo, en las ideas y el pensamiento creativo, y que también seas intencional para desarrollar dosis extremas de perseverancia, constancia, optimismo, confianza y compromiso frente a tus metas y desafíos. Y si a pesar de todo esto, ocurre el fracaso, recuerda que éstas situaciones hacen parte de la vida misma, pero tú, eres suficientemente capaz de levantarte, intentarlo, reintentarlo, y continuar aún en contra de situaciones adversas, porque eres un ser humano equipado, para convertir cualquier fracaso en el mejor de los éxitos. ¡Créelo!

Si deseas orientación terapéutica para superar el miedo al fracaso, no dudes en consultarme.