EVITANDO EL ESTRÉS EN LOS NIÑOS

by | Jul 11, 2022 | Uncategorized | 0 comments

Algunos se preguntan ¿cómo un niño puede llegar a estresarse?, y la respuesta es muy directa: “crecer duele”, la vida está llena de constantes desafíos, algunos ambientes familiares y escolares son increíblemente incoherentes y ambiguos, los niños están rodeados de constantes conflictos que les demandan adaptarse aún de forma exagerada.  Cuando los ambientes que rodean al niño son imprudentes, inasertivos o disfuncionales, el niño termina afectado en su equilibrio mental y emocional. Seguramente has conocido niños que socialmente dejan de sonreír, o que expresan conductas atípicas de aislamiento, desidia, desinterés, o que también se muestran irritables, irascibles, intolerantes, psico-rígidos, y rebeldes…estas son algunas actitudes y conductas que denotan estrés negativo en los niños. De igual manera cuando los niños expresan dolores somáticos cuya raíz no se puede identificar a través de exámenes médicos diagnósticos, podemos suponer que puede existir un componente psicológico y emocional que evidencia estrés negativo ya sea de orden agudo o crónico.

Ahora bien, aquella interacción de los niños con su ambiente que les provoca tensión, malestar, que les hace cambiar de forma negativa y desagradable su comportamiento, sentimientos y sensaciones, llegando inclusive a generar alteraciones de tipo psicológico y fisiológico, es lo que llamamos estrés negativo, y éste tipo de estrés es el que ocasiona perjuicio y desequilibrio en los niños. Algunos acontecimientos vitales generan este tipo de estrés, por ejemplo, pérdidas de mascotas, muertes de familiares, cambios de residencia, conflictos entre los padres y familiares de los niños, entre otros, estas situaciones vitales, afectarán a los niños según sea el cambio significativo que traen sobre la vida de los niños, pero también según sea el manejo que los adultos expresen frente a este tipo de eventos estresores.

Por otro lado, las situaciones que los niños deben vivir a diario, también pueden provocarles estrés, dependiendo de la carga percibida por ellos, es decir, de acuerdo a la presión, la exigencia, y la ambigüedad. En todo momento, exigimos a los niños y los retamos a nivel cognitivo, conductual y moral, cuando estos retos son demasiado grandes o incoherentes para ellos, se convierten en sus estresores negativos. Ante una presión excesiva, los niños se perciben vulnerables y quedan predispuestos a manifestar reacciones de estrés.

Dentro de los ambientes potencialmente estresores para los niños y adolescentes, encontramos las peleas de los padres, la rivalidad entre hermanos no resuelta, el lenguaje de temor, terror, miedo e incertidumbre de los adultos y que el niño termina escuchando directa o indirectamente, las discusiones irrespetuosas y con lenguaje violento de los padres y cuidadores, los constantes regaños, cantaletas o extensos discursos que predisponen a los niños y adolescentes o los hacen sentirse juzgados e inadecuados, las películas y programas televisivos que contradicen los valores educados en casa y que generan conflicto interno en los niños, algunos géneros de música que originan conflicto en los niños y adolescentes por debatir valores establecidos o por generar controversia frente a lo ideal vs. la realidad.

 

En los ambientes escolares, los estresores se amplían a la exigencia académica de los padres o las instituciones, al bullying desde distintas perspectivas, por ejemplo: cuando los niños o adolescentes se sienten menospreciados, rechazados, burlados, discriminados, violentados, aislados, ridiculizados o también, no respetados. También se evidencian como agentes estresores los estándares sociales y culturales cuando los niños se perciben no suficientes, no sociales, no populares, no pertenecientes al grupo de referencia, entre otros. Evidentemente, cuando los niños o adolescentes tienen alteraciones en su autoestima, serán más propensos al estrés, por otro lado, aquellos cuya estabilidad emocional sea más sólida demostrarán mayor resiliencia frente a los factores estresantes.

¿Qué podemos hacer para evitar que los niños y adolescentes desarrollen estrés negativo en sus vidas?, obviamente no se trata de eliminarles a los niños todo el estrés, todos sabemos que el estrés en niveles adecuados inspira a las personas a enfrentarse a los problemas, les estimula la creatividad e iniciativa y les ayuda en últimas a responder eficientemente frente a demandas de las situaciones cotidianas, a éste tipo de estrés algunos le llaman eustrés en contraposición con el estrés negativo que algunos llaman distrés. Entonces, lo que si podemos hacer es, reconocer las capacidades de los niños y adolescentes para enfrentarse con ciertas situaciones, y reconocer cuál o cuáles de ellas son incontrolables para ellos, precisamente para ayudarlos, orientarlos o guiarlos para su solución, y para esto, ten en cuenta las siguientes sugerencias.

  1. No siempre se trata de evitar discutir frente a los niños, de hecho, algunas discusiones de los padres y cuidadores pueden ser productivas, siempre y cuando el niño o adolescente observe además de la discusión civilizada, también la solución asertiva funcional y justa que los padres le dieron a la situación por la cual discutieron.
  2. Una de las virtudes más importantes para educar la fortaleza en los niños, es la diligencia y la perseverancia de los padres y cuidadores. El modelado de esta virtud formará la resiliencia y fortaleza en los niños.
  3. Generar espacios de diálogo abierto y con canales de escucha activa por parte de los padres y adultos, como parte de una cultura establecida tanto en casa como en el colegio, permitirá a los niños y adolescentes, acudir a ellos en momentos de situaciones conflictivas.
  4. Enfrentar a los niños situaciones donde necesite solucionar, pero tenga a la mano las herramientas para hacerlo, además de la supervisión y guía de los adultos, le permitirá vivenciar la satisfacción del éxito en las tareas encomendadas.
  5. Las discusiones de casos hipotéticos con los niños y adolescentes, donde se analicen dilemas morales, pueden ser un pequeño laboratorio para experimentar puntos de vista, para generar empatía, comprensión, para afirmar los valores de casa. Esto resulta particularmente beneficioso cuando los menores están en situaciones sociales donde escuchan y ven de todo, es precisamente ahí cuando su sistema de valores direcciona su voluntad y orienta su capacidad de decisión.
  6. Desde pequeños, los padres pueden comenzar a identificar las capacidades, habilidades y fortalezas de los niños, esto resulta importante a la hora de exigirles, es necesario ser coherentes entre nivel de exigencia vs. capacidades y habilidades desarrolladas.
  7. Para todo padre y madre siempre resultará provechoso tener los objetivos educativos de la crianza con sus hijos bien definida, él saber que se quiere formar en los niños, que se quiere educar, que se quiere que los hijos sean o hagan cuando sean mayores, etc. Ayudará a orientar las pautas de crianza y la educación del niño para lograr los objetivos propuestos.
  8. El control de la música, de los medios y programas televisivos que los niños y adolescentes observan es clave para su estabilidad emocional, la comparación, las presiones sociales, la cultura puede ejercer un gran peso negativo afectándoles su autoimagen, auto-concepto y autoeficacia.
  9. Aunque muchas veces será imposible evitar situaciones de crisis vitales en la vida familiar y de los niños, si se espera un manejo prudente, maduro y adecuadamente canalizado por parte de los padres, especialmente en situaciones de divorcio de los padres, muertes y enfermedades de familiares. La manera como los adultos aborden, manejen y canalicen estas situaciones será el ejemplo para que los niños y adolescentes también lo hagan.
  10. Las palabras que escucha el niño o adolescente a diario, deben ser palabras correctas enmarcadas en un lenguaje verbal, no verbal y corporal lo más asertivo posible. Tan necesario es cuidar nuestros actos frente a los pequeños como también cuidar nuestras palabras frente a ellos.

Finalmente, recuerde la importancia de aplicar pautas de crianza adecuadas frente a los niños, cómo padre educar lo que se requiere, como madre educar lo que se requiere, como padres ser coherentes, proactivos y resilientes frente a los niños, es necesario evitar el lenguaje dramático, fatalista, trágico y negativo. Dar ejemplo de civilidad y respeto aún en situaciones desafortunadas de divorcio o separación, por ejemplo. Y frente a las reacciones somáticas de los niños y adolescentes generar estrategias artísticas y deportivas para canalizar las emociones, además de establecer ambientes pro-dialogo y apoyo incondicional a los temas que para los niños y adolescentes son importantísimos, aunque para usted no lo sean.

Detrás de cada síntoma somático hay una emoción reprimida, detrás de cada emoción reprimida puede haber un pensamiento disfuncional, una idea irracional, una conducta reprimida, una percepción errática, etc. Sin embargo, padre y madre deben ser siempre los más cercanos para los niños, tienen la capacidad, el talento y la habilidad de saber llegar al corazón de sus hijos, y pueden con prudencia y autoridad propender en el niño o niña la resolución asertiva de cualquier problema sin importar cuál sea, de cualquier conflicto no importa su naturaleza.  Finalmente, se trata de formar hombres y mujeres fuertes, constantes, perseverantes, resilientes, y maduros, porque el mundo que les espera demanda estas características no simplemente para sobrevivir y vencer sino para disfrutar verdaderamente la vida.