Aunque muchos recuerdan su niñez y adolescencia como la mejor parte de sus vidas, otros también, recuerdan estas etapas con dolor y sufrimiento, y es que, los traumas y las heridas emocionales de muchas personas, se generaron precisamente en esos primeros años de vida. Al crecer, todo ser humano debe enfrentar muchos desafíos y retos, además de solucionar muchos conflictos que se presentan en el diario vivir, pueda que para nosotros los adultos o mayores, nos parezcan nimiedades o situaciones sin importancia, pero para los niños y adolescentes, lo que les sucede a diario en casa y con sus amigos, puede llegar a ser realmente inquietante, y desafiante, hasta el punto de generarles conflictos y traumas. Aun así, la gran mayoría logramos sobrevivir y hasta sacarle el mejor provecho a esos primeros años, y es que, el ser humano tiene la capacidad de adaptarse, readaptarse, conquistar desafíos, superar el rechazo, la discriminación y el maltrato, sobrevivir a la violencia y la enfermedad, vencer limitaciones, derrotar amenazas, prosperar a pesar de cualquier obstáculo, y lo más impresionante, generar habilidades de resiliencia, es decir, demostrar adaptabilidad y fortaleza en medio de la adversidad.
Las habilidades de resiliencia se aprenden, son tremendamente útiles para vivir con calidad, por tanto, deben hacer parte de nuestra educación y enseñanza a nuestros hijos. Ahora bien, hay que tener en cuenta que, no siempre los padres podemos evitarles sufrimientos a nuestros hijos, no siempre los hijos tienen vidas libres de estrés, presiones, e incertidumbre. Hay muchos niños y adolescentes que han tenido que lidiar desde temprano con dolores emocionales, con tristezas y ansiedades, por tanto, se hace más necesario que desarrollen resiliencia, precisamente para lograr darle sentido y significado a su existencia. Cada hijo o hija, desarrollará esta habilidad a su ritmo, de acuerdo a su temperamento, a su carácter y a lo que le toque enfrentar día a día tanto en casa como en el colegio o universidad. Es un proceso personal, donde los padres y adultos debemos afirmarlos, para que no se desesperen, sino que desarrollen paciencia, para que no claudiquen, sino que sean constantes y perseverantes.
Ahora bien, la pregunta es ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar sus habilidades de resiliencia?
- En la infancia será importante permitirles a los niños situaciones donde tengan que resolver por ellos mismo dificultades o problemas, igualmente, cuando papá y mamá manejan prudentemente las pataletas de los chicos, promueven sus procesos madurativos e incrementan su grado de autoregulación, esto es imprescindible para ser resilientes a futuro.
- Enseñarles a los niños hábitos de cuidado y de autocuidado, es una de las primeras maneras de educarles la diligencia y la fortaleza como virtudes que soportan la resiliencia, por eso, nuestras pautas de crianza con los niños, deben buscar, que ellos sean autónomos en su cuidado personal, en sus hábitos de sueño, de alimentación, de manejo responsable del tiempo libre, de hábitos de estudios etc.
- Es necesario tener en cuenta que, la sobreprotección, es una forma de crianza que genera en los niños dependencia y limita su pensamiento creativo y resolutivo, en lugar de generarles madurez en el desarrollo, la sobreprotección y el permisivismo, produce limitación, estancamiento y en algunos casos retrocesos.
- Una vez que se ha educado en los hijos la virtud del orden y de la obediencia, y cuando ellos ya tengan una estructura y unos hábitos operativos funcionales, es muy propicio educarles la virtud de la amistad, el enseñarles a ser amigos de otros, de sus compañeros, les permite aumentar en inteligencia emocional y en desarrollo moral, lo que impulsa sus habilidades de empatía y escucha activa. Esto les permite tener conectividad con otros y así, conformar redes de apoyo afectivo, interaccional y social, tan necesarias en todo tipo de situaciones.
- La resiliencia se puede aprender poco a poco, siempre y cuando, se controlen los modelados de temores, ansiedad y pesimismo, como papá o mamá, es imprescindible, ser prudentes para manejar las emociones de temor y de tristeza frente a ellos especialmente si son pequeños.
- Se cercano a tus hijos, permite que ellos puedan tener confianza para preguntarte todo tipo de inquietudes, y así, poderles orientar para que tengan en cuenta los puntos de vista adultos y maduros, al momento de enfrentar situaciones en su medio escolar y social.
- Una manera de formar la resiliencia, es permitir a tus hijos, involucrarse en actividades sociales, voluntariados, y campañas o situaciones donde puedan ayudar a otros, donde puedan ver la situación de otros, donde se puedan percibirse a sí mismos fuertes, solidarios, y colaboradores. Esto afirma su identidad y su autoeficacia, tan necesaria para ser resilientes.
- Provee a tus hijos de experiencias donde puedan tener situaciones de éxito con esfuerzo, donde participen de actividades en los que pueda tener, algo o mucho control para actuar y que les represente desafíos y metas. En medio de estas situaciones dialoga de sus fortalezas, retroaliméntalos con lo positivo y ayúdalos a vislumbrar mayores estrategias, posibilidades, y otras formas diferentes de hacer o desarrollar las cosas, los proyectos, o las tareas, etc.
- Una forma muy eficaz de formar la resiliencia, es incentivar el pensamiento creativo para idear, imaginar, y crear soluciones a situaciones tanto cotidianas como de imaginarios que se pudieran presentar. Puedes inclusive comentar situaciones reales de los medios de comunicación para proveer a los niños la solución de acuerdo a tu punto de vista.
- Promueve proyectos personales dentro de casa, estableciendo metas razonables, para que los niños desarrollen la virtud de la perseverancia, es propicio ayudarlos a avanzar paso a paso en los objetivos propuestos, que cada objetivo sea un desafío que les permita retarse a sí mismos, a luchar por logros establecidos.
- Ejerce una comunicación asertiva dentro de casa, utilizando lenguaje afirmativo, optimista, lleno de confianza en la consecución de metas y en las variadas posibilidades de resolución, para cualquier tipo de problema. Recuerda la importancia de tener una adecuada perspectiva de las situaciones.
- No pierdas la oportunidad de conversar con tus hijos para recordarles las magníficas capacidades y habilidades que tienen, y que pueden ser potenciadas no necesariamente en tiempos afortunados, sino todo lo contrario, en tiempos desafortunados o no tan privilegiados.
- Demuestra comprensión frente a los cambios de las dinámicas y estilo de vida a los que tus hijos puedan estar expuestos. Los cambios pueden asustarlos, así que puedes ayudarlos a percibir dichos cambios como parte de la vida, a realizar un análisis objetivo y a establecer nuevas metas.
Recuerda que no es que sea necesario ocultar a los hijos todo lo que sucede en el mundo, simplemente se trata de ser prudentes y exponerlos a lo que ellos puedan estar preparados para ir enfrentando, se trata de hacerlos sentir seguros, por tanto, imágenes, noticias, historias que alimenten miedos, temores, angustias, inseguridades, deberían estar limitadas o mejor aún eliminadas, porque pueden ser contraproducentes en la educación de la resiliencia.
Por otra parte, siempre será necesario, alimentar la autoestima de los hijos, incentivar su inteligencia emocional, reforzar su carácter, para que ellos tengan un pensamiento funcional, que les oriente a tener la perspectiva correcta de las situaciones y tomar adecuadas decisiones frente a la presión de la vida, de los amigos y de los pares. Finalmente, nunca hay que olvidar, que la vida a veces se torna más que estresante, cuando educamos la resiliencia en casa, podemos evitar catástrofes fuera de ella, se trata de educar hijos fuertes, que tomen decisiones sabias, hijos perseverantes, que no se rindan ante los obstáculos, hijos que en lugar de sentirse o ser víctimas, sepan comunicarse, canalizar y expresarse, además de extender sus talentos para ayudar a otros. La resiliencia hace parte del conjunto de habilidades que necesitamos desarrollar en nuestros hijos, porque los tiempos que estamos viviendo y que vienen nos lo demandan.