IDENTIDAD ADOLESCENTE

by | Ago 22, 2022 | Uncategorized | 0 comments

Lo que soporta la identidad de los adolescentes es su auto concepto y la autoestima. Y sus creencias acerca de sus atributos propios, sus distintos roles, sus intereses, sus principios y valores, además del concepto que tienen de sí mismos, es lo que conforma su autoestima global. Es demasiado importante para los jóvenes, el gusto o aprobación percibido acerca de si mismos como un todo, por ello, la autoestima es la que estructura mayormente la identidad de los adolescentes, y se ve afectada por lo que reciben y escuchan de sus padres, y de sus grupos pares de referencia en vivo y mediáticos.

Ahora bien, la identidad se conforma no solo por lo que piensan, sienten y perciben los adolescentes, sino también, por la manera como experimentan sus relaciones con otros, por su forma de darse a conocer en su medio a sus grupos, y también, por las distintas maneras de mostrar sus aptitudes e intereses vocacionales.  Por esto resulta importante que, padre, madre o profesor, tengan el interés de apoyar a los adolescentes en la definición de su identidad, y puede empezar, por ejemplo, disponiendo de tiempo para escucharlos sin censura o permitirles expresarse libremente con preguntas específicas, esto genera madurez y seguridad en ellos y consolida significativamente su autoestima.  Si como adultos reconocemos que los adolescentes añoran y desean ser escuchados de forma libre, seguramente propiciaremos naturalmente un ambiente amigable para ello.

Por su parte, cuando los adolescentes tienen alterada de forma negativa o disminuida su autoestima, evidencian conflictos de auto concepto, entonces podremos notar que no se aceptan en alguna o muchas de sus dimensiones y roles, y de forma inconsciente, se martirizan con pensamientos o ideas irracionales como por ejemplo utilizando afirmaciones hipotéticas del tipo “yo debería ser”, o “yo debería estar”, etc. Los padres podemos reconocer alteraciones negativas de autoestima en los hijos cuando ellos expresan conductas depresivas, inseguridad y temor de su futuro, retraimiento e introspección, aprensión y desagrado por su apariencia, timidez que lleva al aislamiento, actitudes pasivas o pasivo agresivas, pereza y decaimiento constante, negativa a opinar y participar de conversaciones, e inclusive cuando manifiestan expectativas irreales de sí mismos.

Este tipo de rasgos deben tener manejo asertivo por parte de los padres para prevenir en los adolescentes mayores conductas disruptivas posteriores como trastornos alimentarios, trastorno del estado de ánimo, o trastornos sociales.  Igualmente es muy propicio ayudarlos para que potencien sus dones y talentos con actividades que los desafíen, pero que aseguren su éxito para que su autoestima se incremente afirmativamente. Resulta importante propenderles actividades donde potencien hobbies e intereses, esta exploración además de orientarle su futuro vocacional, les entrena y capacita, aumentando su seguridad, lo que su a su vez, les afirma su autoestima como punto clave de su identidad.

Por otro lado, dentro de la construcción de la identidad de los adolescentes, está el autoconocimiento del carácter, el temperamento y la personalidad. Papás y maestros pueden ayudar en este proceso de autoconocimiento, porque cuando los jóvenes entienden las fortalezas y debilidades de su temperamento pueden actuar de forma consciente y aprender a canalizar adecuadamente sus emociones, cuando detectan las áreas de mayor relevancia e importancia para su vida, entonces podemos orientarlos a estudiar, aprender o especializarse en lo que a ellos les interesa. Cuando los adolescentes tienen claridad acerca de sus habilidades para resolver conflictos y problemas, pueden conocer sus limitaciones y aspectos a mejorar, en fin, ayudar a los jóvenes a conocerse, establece las bases para que se acepten y así mismo se valoren como debe ser, afirmando su auto concepto de forma saludable.

Ahora bien, el desarrollo de la identidad de los adolescentes se afianza cuando se relacionan con sus pares, por este motivo necesitan dominar las habilidades sociales y tener claros sus principios y valores morales. Estas habilidades se enmarcan en lo que llamamos la inteligencia emocional, así que los adultos podemos ayudarlos enseñándoles estrategias para relacionarse, para manejar el estrés y la presión social, esto se puede hacer a través de ejercicios para que reconozcan y manejen sus emociones, mostrándoles cómo se practica la empatía, guiándolos en la forma asertiva de resolver sus conflictos, e inspirándoles a desarrollar un espíritu colaborador y altruista. Cada situación, cada escena, cada momento puede ser propicio para generar conciencia sobre la importancia de potenciar las habilidades de la inteligencia emocional y por ende fortalecer todas las dimensiones de la autoestima.

Recuerda, como papá, mamá o docente es importante tener en cuenta la necesidad de una constante comunicación asertiva, para facilitar el establecimiento de ambientes amigables, donde los adolescentes puedan expresarse con libertad, este es el escenario perfecto para ayudarlos, escucharlos sin juzgarlos, hacerles preguntas ojalá del tipo abiertas, identificar sus estados emocionales, proveerles de estrategias objetivas y prácticas para resolver problemas, y discutir respetuosamente dilemas morales de la sociedad para guiarlos de acuerdo a los principios enseñados.  La meta: Ayudar a los adolescentes a fortalecer su autoestima y auto concepto para que construyan y consoliden su identidad como seres humanos sociales y funcionales.