¿Te has detenido a pensar en tu paternidad o maternidad a mediano y largo plazo?, muchos padres educan a sus hijos como si ellos se quedaran con la misma edad siempre, en muchas ocasiones, también sucede que las nuevas etapas de los hijos cogen por sorpresa a los padres, entonces las peleas, los roces, las discusiones son pan diario debido a las diferencias generacionales, y es muy importante saber que la paternidad y maternidad, aunque son vitalicias, deben responder a las expectativas de los hijos según sus necesidades reales, y no, según las nuestras, deben ser útiles para ellos en lugar de caprichosas según la moda y la corrientes sin posición literal.
Por esto, trabajar desde ya en la futura paternidad y maternidad es un gran acierto que muchos padres pueden hacer, se puede iniciar inclusive desde cuando se está planeando la gestación de un hijo, es en esos momentos, donde los futuros padres deben visualizar que tipo de padres pretenden ser y establecer los objetivos educativos de la crianza, posteriormente cuando nacen, los padres del futuro tienen muy claro que su educación debe suplir completamente las necesidades integrales de su hijo o hija, durante el crecimiento de esa personita, los padres del futuro van aportando para equipar a esos hijos, con herramientas que los hagan sentirse incluidos, útiles y hasta sobresalientes en el medio donde se encuentren, es que finalmente, la crianza busca formar personas integrales, autónomas e independientes, que sepan valerse por sí mismas, y que se sientan felices y sociales.
Así que, en medio del día a día, una de las claves para un papá y una mamá, es recordar que todo lo que se siembre, eso se recogerá, todo lo que cómo padres hagamos o dejemos de hacer traerá consecuencias para nuestro rol y para nuestros hijos, además de que afectará positiva o negativamente nuestra relación con ellos. Por ello, es muy importante determinar ¿Qué tipo de padre o madre deberíamos ser idealmente?, ¿Cuál estilo parental será el más asertivo con nuestros hijos?, no hay que olvidar que los estilos de crianza permisivos que muchos padres practican, forman seres humanos arrogantes, sin límites, rebeldes y centrados en ellos mismos.
Muchos padres no desean este tipo de crianza para sus hijos, pero terminan en ella cuando no ponen límites desde los 2 años, cuando exigen poco o nada arguyendo necesidad de que sus hijos tengan libre desarrollo, son padres inseguros que le consultan al niño acerca de hábitos y rutinas básicas dejando al niño escoger todo lo que ellos deberían enseñarle, también, la mayoría también hablan en exceso a sus hijos, les dan demasiadas explicaciones, utilizan un lenguaje más avanzado a su edad con la excusa de que les gustar hablar las cosas como son, y también mezclan momentos de autoridad con afectividad generando mayor confusión en los niños. Los padres permisivos no exigen responsabilidad, ni orden, utilizan demasiado el razonamiento y rechazan el poder y el control que tienen sobre los niños, lo curioso de esto, es que en la adolescencia son padres que quieren controlar a sus hijos adolescentes generando mayor caos y deterioro de la relación. Lo positivo de éste estilo, es que los hijos viven una afectividad abierta con sus padres y no reprimida.
Por otro lado, existe otro tipo de estilo parental denominado autoritario, quienes aplican éste estilo en su crianza, son padres que forman personas inseguras, en muchos casos miedosos, inclusive psico-rígidos, y en extremos, con algunas conductas compulsivas, éste estilo termina convirtiendo a los padres en el futuro, como padres un tanto distantes, ya que sus hijos no hablan e intiman mucho con ellos, pues prefieren contar sus problemas y situaciones a sus amigos, pares u otros, antes que a sus padres, y muy seguramente, terminan demostrando falta de confianza dentro de la familia. Lo positivo de éste estilo es que los hijos entienden y aceptan la autoridad de los padres, lo negativo, es que reciben castigos, amenazas, advertencias, comunicación violenta e inasertiva con sarcasmos, ironías, exageraciones, mentiras.
También encontramos un estilo parental denominado estilo negligente, indiferente o de rechazo abandono, quienes practican este estilo, forman seres humanos que no comprenden a otros, es decir sin empatía, convenientes para cumplir las normas, desprendidos de la familia, de los compromisos y de las responsabilidades. En este estilo, los padres que hoy no les dan tiempo a sus hijos, que no comparten experiencias significativas, que no tienen un afecto marcado e inclusive que son padres con cierta indiferencia frente a las conductas de los niños, están sembrando negligencia en la crianza, lo que traerá una cosecha donde los hijos serán indiferentes especialmente frente a las necesidades posteriores de los padres sobre todo en edad media o avanzada.
Hoy día, está muy de moda la promoción del estilo de crianza que algunos llaman democrático y otros lo llaman integral, en este estilo, encontramos futuros padres cuyos hijos tratarán de ser lo más objetivos posibles, tendrán la capacidad de amar y dar afecto porque lo recibieron, serán hijos normativos que cumplan las normas por lo que serán buenos ciudadanos, entenderán las causas y consecuencias y no serán indulgentes hacia ellos mismos, sino que se exigirán, y tendrán una comunicación mayormente asertiva. Para cosechar este tipo de conductas y actitudes a futuro, los padres pueden realizar una maravillosa combinación entre autoridad y afectividad, eso sí, caracterizados por manejar una comunicación asertiva, reforzar las buenas conductas y evitar los típicos castigos, usando mayormente contingentes. Obviamente, quienes pretenden aplicar este estilo de crianza, son padres con verdadera paciencia, tranquilos en las situaciones críticas y disruptivas, padres que se toman el tiempo de hablar cuándo deben, expresar cuando se requiere y cuidar impecablemente su lenguaje.
Entonces, el desafío para los padres del futuro es aplicar estilos adecuados en la actualidad, y decidir ser el tipo de padre no que su hijo desea, sino el tipo de padre o madre que su hijo o hija realmente necesita. Recuerda que no se trata solamente de ser tradicionalista e imponer, o lo contrario, o de ser moderno, razonar y argumentar todo, y menos terminar siendo padres o madres paradójicos. Se trata de tener alta inteligencia emocional personal y paternal, gran capacidad organizativa para compartir con los hijos hoy, excelentes habilidades comunicativas para hablar asertivamente frente a ellos y con ellos, demostrar altas dosis de autocontrol para darle un manejo inteligente a las situaciones o conductas de difícil manejo. Los padres del futuro exitosos, son padres con carácter hoy, entienden su rol y lo asumen, educan valores morales y éticos, dan ejemplo antes que palabras, enseñan límites razonables, se muestran objetivos y a la vez firmes y constantes, en definitiva, son padres que aseguran un futuro glorioso para sus hijos.