La palabra narcisista está definida por la admiración exagerada y excesiva que una persona siente por sí misma. Hoy en día, es muy común el término psicópata narcisista, es un término que muchos utilizan ligeramente, sin darse cuenta, de las graves implicaciones que conllevan estos términos, ya que es un síndrome clínico muy desafiante y de difícil tratamiento. Por su parte, la sociedad, la cultura y las pautas de crianza disfuncionales, infortunadamente, han contribuido a un incremento en el diagnóstico de personas con trastorno de personalidad narcisista. Y es que una persona con éste trastorno, manifiesta sentimientos encubiertos de inferioridad, necesidad de aplausos, dependencia de que la admiren. Igualmente, demuestra sentimientos de orgullo, arrogancia, excesiva auto-importancia, actitudes de envidia, muy baja tolerancia a la frustración, reactividad ante las confrontaciones o discusiones, son personas que poseen una auto-imagen altamente idealizada de ellos mismos, desean y demandan gratificaciones inmediatas y por ello no siempre son constantes, y sus sentimientos pueden ser intensos pero superficiales.
Una persona con trastorno de personalidad narcisista, expresa ansiedad y conflictos de separación, generalmente esta ansiedad originada en la infancia y mantenida a lo largo de tiempo, les genera sentimientos crónicos de inseguridad, que se camuflan bajo ese velo de superioridad, que aparentan la mayor parte del tiempo. A nivel de pareja y en ámbitos sociales, las personas con este trastorno, inicialmente se muestran amables, serviles, encantadoras, la mayoría tienen una gran capacidad de seducción, sin embargo, luego de establecida la relación o la amistad, paulatinamente van expresando actitudes frías y calculadoras, en su privacidad e intimidad vivencian sentimientos intermitentes de vacío e insatisfacción, un anhelo desmesurado por ser tratados con consideración, admiración y poder por sus parejas y amigos, poco a poco, quienes los rodean, van observando en ellos, una capacidad limitada para amar, y casi nula empatía para reconocer el sufrimiento de otros, adolecen de la habilidad para ponerse en el lugar de otros, y al contrario, demandan que sean los demás quienes se pongan en su lugar y los comprendan, con el tiempo se puede notar sus bajos escrúpulos, y sus recurrentes reacciones a la defensiva, aún más, ante una confrontación o reclamo.
Es muy difícil mantener vínculos con personas con este tipo de trastorno, para las relaciones de pareja, una persona con estos rasgos, va agotando poco a poco el amor de su pareja y alterando la seguridad y autoestima del otro, sus parejas viven en constante incertidumbre y pelean cíclicamente por desacuerdos de forma y de fondo. Los narcisistas menosprecian las cualidades de otros, incluida su pareja, lo hacen para sentirse superiores, y son mezquinos, no valoran lo que reciben de otros, ya que consideran que los demás deben darles, y por tanto, su derecho es recibir únicamente, una conducta que se esperaría escasamente de las personas en ciertas etapas como la adolescencia, pero que aún las personas con este trastorno experimentan, sin importar la edad o la etapa de su vida, por eso encontramos personas de 30, 40, 50 años o más, catalogadas por otros, como personas inmaduras o infantiles.
En cuanto a los tipos de narcisismo, encontramos que cuando las personas tienen personalidad primaria narcisista, pueden ser descritas con rasgos de perversión, porque manifiestan gran capacidad para seducir, manipular, dominar, controlar y explotar a otros para escalar, para avanzar en sus propósitos, son insensibles a sentimientos profundos. Por su parte, también encontramos personas que tienen personalidad narcisista infantil (secundaria) y se comportan como niños mimados, consentidos, exigen ser reverenciados, enaltecidos, y casi idolatrados. Son hiper-sensitivos y se sienten fácilmente heridos por situaciones cotidianas, tienen baja empatía y terminan expresando mezquindad, poseen distorsiones cognitivas, que les generan inestabilidad emocional y siempre esperan un trato preferencial.
Otro tipo de clasificación, sitúa a personas con un tipo de narcisismo abierto, parecido al primario, donde se sienten grandiosos, buscan llamar la atención, se comportan de forma arrogante, y aparentemente no son ansiosos, pueden ser encantadores a nivel social, aunque no les interesa las necesidades de otros. Y también encontramos, personas con narcisismo encubierto, por lo general expresan hipersensibilidad a las críticas, a las confrontaciones y a las evaluaciones de otros, -aunque tratan de ocultarlo-, pero finalmente se les nota su desagrado, su victimización y su defensividad, también son personas que sienten angustia, muchísima envidia, y se comparan constantemente alterando así su autoestima. Se muestran de alguna manera tímidos, modestos, hipersensibles a los desaires, y albergan grandiosidad secreta.
Algunos consideran también un tipo de narcisismo menos dañino, aquel donde las personas son altamente efectivas, competitivas, eficientes, aparentemente autónomas, en su gran mayoría son personas sexualmente provocativas, supuestamente, son muy adaptables y orientan sus rasgos narcisistas para tener éxito, sin embargo, aunque pueden ser personas seductoras, encantadoras, moralistas, e impresionantemente bien informadas y articuladas, también son personas explotadoras, se sienten grandiosas, encubiertamente viven llenas de dudas, con envidia encubierta o manifiesta, incapaces de amar o mantener el amor a lo largo del tiempo, menosprecian y olvidan detalles, se quejan de andar estresadas, experimentan aburrimiento y vulnerabilidad a la corrupción, eventualmente pueden actuar con servilismo y adular pero lo hacen con propósitos astutos y mezquinos. Cuando los narcisistas admiran a otros, lo hacen por envidia, porque quisieran tener la fama, celebridad, prestigio, popularidad, poder, o status de quienes envidian y también pueden llegar a tratar con dureza y desprecio a quienes consideran inferiores o ineptos.
Ahora bien, una pregunta que muchos me hacen es ¿Por qué una persona desarrolla este trastorno?, bueno, de acuerdo a las teorías del desarrollo psico-evolutivo, el ser humano en sus primeros años, vive un narcisismo primario dado por el egocentrismo, esto significa que él mismo, se ve valioso y a su vez todo lo que considera valioso es parte de él. A medida que va creciendo, los rasgos de egocentrismo, deben disminuir razonablemente, y para que esto suceda, se espera que su adecuada educación y formación, le provea dosis prudentes de momentos de frustración, le establezca vínculos seguros con sus padres. familiares. y pares, le brinde relacionamiento social estable con amigos y compañeros, y le provea de experiencias de auto regulación donde pueda expresar control emocional. Cuando las personas tienen todo esto en su formación y crianza, muy seguramente desarrollarán niveles óptimos de tolerancia, aceptación de límites propios y ajenos, es decir, respeto y comprensión, tendrán consciencia emocional y empatía, además de que podrán incorporar verdaderamente virtudes morales y éticas, todo esto, contribuyendo a su madurez e inteligencia emocional. Pero cuando esto no se da, entonces la baja tolerancia la frustración, la ansiedad de separación por vínculos inseguros, la baja autorregulación de impulsos y conductas, la sobreprotección y por consiguiente dependencia, el rechazo a la autoridad en sus distintas formas, y otras cuantas variables más, irremediablemente, gestarán algún tipo de narcisismo, de ahí la importancia de la buena educación en pautas de crianza en la infancia y en la adolescencia.
Hay que tener en cuenta que una persona con trastorno de personalidad narcisista también puede tener comorbilidad con otros trastornos, es decir, tener rasgos, por ejemplo, del trastorno bipolar entre otros. La ayuda terapéutica tenderá a resolver los conflictos de vínculos, de apegos, buscará subsanar las carencias afectivas de desarrollo que, para muchos, resultan ser la base de su narcisismo. Será importante identificar las creencias que sostienen el narcicismo y realizar una capacitación para desarrollar habilidades como la empatía entre otros.
Recuerda que, saber amarte, implica sobriedad, equilibrio y estabilidad emocional, puedes y debes valorarte en la medida justa, respetarte a tal grado, que tus principios y valores direccionen tus actitudes y comportamientos, tienes el derecho de vivir sin trastornos, tienes el deber de superar cualquier condición que te formaron o que desarrollaste en tu pasado y que te está impidiendo tu verdadera felicidad. Si requieres orientación al respecto, no dudes en consultarme.