¿Qué es lo que lleva a una pareja después de cortar su relación a buscarse nuevamente, aunque uno o ambos, realmente sepan que no deberían estar juntos?, te has preguntado porque las personas no aceptan los rompimientos de pareja de manera razonable?, definitivamente, es un tema muy complejo, y si bien, cada caso es particularmente único, las dinámicas relacionales generan situaciones comunes a muchas personas, en donde uno o los dos, terminan seriamente lastimados en su autoestima, en su valía personal, en su identidad, además de sufrir notables alteraciones en sus índices de seguridad, independencia, autocontrol, y sufrir un remesón en su proyecto y propósito de vida.
Ahora bien, es necesario reconocer que, cuando uno o ambos miembros de la pareja deciden terminar, el impacto es altamente trascendental, porque se ha forjado y alimentado un vínculo, y se ha producido un apego psico-afectivo y emocional, cuyo efecto, estará determinado por múltiples variables tanto individuales como en conjunto, como por ejemplo, el tiempo que duro la relación, la profundidad del compromiso, es decir hasta donde llego el proyecto de matrimonio o convivencia, también, el círculo social en donde estuvieron inmersos y que inevitablemente ejerce voz y presión, e igualmente, es afectado por las promesas y los planes establecidos en sus mejores momentos por la pareja, al igual, que los pactos de palabras tácitos y explícitos con que se enlazaron durante el tiempo compartido.
De la misma manera, el impacto es afectado por variables personales, es decir, por el carácter, el temperamento, la personalidad y las percepciones de ambos miembros. Consciente o inconscientemente, la pareja se condicionó naturalmente, para depender el uno del otro, su relación produjo una especie de simbiosis admirable, y debido al amor, sus percepciones se modificaron tanto, que ambos, en distinto grado, rindieron su voluntad y su libertad al otro, lógicamente, ello no pareció un problema mientras duro la relación, pero con el rompimiento, esto se convierte en un estado y una situación supremamente dolorosa e invivible, sobre todo, para la persona que después del rompimiento aún se siente enamorada.
Muchos, luego del rompimiento, se alejan debido a su temor latente de perderse en el otro, pero a su vez, pueden llegar a sentir una alta necesidad de estar cerca del otro, por lo que inician el acercamiento, y esto es lo que forja la llamada paradoja circular, pasando a ser lo que muchos llaman “pareja irrompible”. Evidentemente entran en una dinámica conflictiva, donde la unión y la pseudo reconciliación, se confunden con la separación y la terminación definitiva. Sin darse cuenta, este tipo de parejas, terminan en un punto medio de indefinición, ambigüedad, incertidumbre y por demás, en una inestabilidad que sostiene un trastorno de ansiedad generalizado y otras cuantas cosas más.
Ahora, ¿Qué caracteriza las dinámicas relacionales de este tipo de parejas o de personas?, lo más sobresaliente, es que cuando están juntos quieren separarse, y cuando están separados se añoran y quieren estar con el otro, obviamente, esto trae conflictos importantes en cada uno, además de una insatisfacción y degradación paulatina, de la dinámica relacional y de los sentimientos. Sin embargo, en la persona que tiene mayor inmadurez, narcisismo y egolatría dentro de la pareja, se incrementa su inestabilidad emocional, se eleva su miedo a vivir en pareja, su miedo a cumplir los compromisos adquiridos, su desidia, y su miedo a fusionarse con el otro, y, por otro lado, en la persona más madura y que considera estar puramente enamorada, se incrementa el cansancio, el miedo a quedarse solo o sola, el miedo a fracasar, y le surge también un desgano y desánimo de vida, que la puede llevar a cuadros nefastos de depresión, porque es evidente, que las personas que dejaron la relación verdaderamente enamoradas, tienen mayor dificultad para superar los duelos, porque avanzan y retroceden en sus procesos, y no logran des-idealizar al otro, sino que, constantemente lo idolatran, se obsesionan con el otro, y se vuelven más impulsivas y mendigas de amor.
Sobre todo, las dinámicas irrompibles para éste último tipo de personas que quedaron enamoradas y que realmente no querían el rompimiento, son de manejo asertivo y sumo cuidado, ya que al sentir que han sido rechazadas en estados de profundo enamoramiento, al vivenciar que no fueron y son correspondidas, se encuentran a si mimas frágiles, tristes, ansiosas, nerviosas, frustradas, y por momentos, enojadas, irascibles, y muy prevenidas, evidentemente, su autoestima se altera tanto, que dudan de su imagen, de su concepto y de su valía personal, experimentan sentimientos de vacío, les duele las heridas de abandono de su ex pareja, aumenta su inseguridad y su actitud defensiva, y pueden llegar a sostener traumas sociales y adoptar erráticos mecanismos de afrontamiento, además, de incorporar ideas irracionales a su esquema de vida.
Luego de que una persona ha sido rechazada, o le han incumplido un compromiso, o ha experimentado el abandono o rechazo de su pareja, entonces, se cuestiona, se culpa, se condena, se debate constantemente en sus derechos como persona. Experimenta una confusión en todos sus roles, percibe pérdida de identidad, se siente anulada en su autoridad, en los límites de su vida, y puede terminar siendo presa de abuso psicológico, emocional, y verbal, por parte de su ex pareja o de otras personas, además de adoptar conductas disfuncionales de sujeción y sumisión, ante personas dominantes, controladoras y abusivas, y por ello, ante este panorama, es crucial la pronta ayuda espiritual, terapéutica y la protección del medio circundante de la persona.
En las parejas irrompibles el querer regresar es un papel que rota en los dos, a veces es uno, otras veces el otro, pero ambos se encuentran ahogados en esta dinámica pendular, de no poder romper el vínculo debido a los afectos positivos y negativos recíprocos, y aunque uno exprese menos que el otro, ambos están inmiscuidos en un juego, aún con opiniones contrarias, y desafortunadamente, terminan en la dinámica de pseudo-reconciliación y distanciamiento, por la angustia de la intimidad, por la cercanía emocional y luego por la ansiedad de separación al extrañarse.
Hay que aclarar, que ambos pueden percibir esta situación de manera muy distinta, si hay uno que tiene miedo al compromiso y tiende a victimizarse y sentirse presionado, esta situación intermedia sin definir entre unión y separación, es su zona de confort y de aparente libertad narcisista, entonces asume diferentes roles de acuerdo a su conveniencia egoísta e inmadura, por otro lado, si hay uno que ama verdaderamente y que deseaba continuar con el compromiso, esta situación de unión y separación, la percibe como una incertidumbre tan abrumadora, que prácticamente, revalúa todos sus roles y puede llegar a desencadenar una descontrolada confusión y una crisis de vida existencial.
Y entonces, ¿Cómo salir de ese círculo destructivo? Resulta que una pareja irrompible es así porque ambos participan de esa negativa situación, entonces, para acabar con esta dinámica patológica, lo que se debe hacer, es que por lo menos, uno de los dos, asuma con firmeza la determinación de terminar ese ciclo y separarse definitivamente, o, que los dos, decidan seriamente realizar en adelante, un proceso para estabilizar y continuar la relación de pareja de forma saludable.
En caso de que uno de los dos tome la determinación de terminarla, es necesario que su mensaje al otro, sea contundente y claro, para que ambos pueden elaborar correctamente su proceso de duelo, elaborando el cierre de ciclo correspondiente, por la pérdida de la persona amada.
Ahora bien, sea lo que sea que definan, será productivo para cada uno trabajar con tesón, en su identidad, su carácter y su autoestima, que evidentemente, se encuentran debilitados, inmaduros e inestables, y esta es la razón, por la que ninguno de los dos en su relación, servía de ayuda, apoyo y ejemplo para el otro. Así que, es necesario consolidar procesos personales en la identidad, para poder poner límites en las futuras relaciones y expresar constancia en los sentimientos, trabajar en el carácter para aprender a cumplir promesas, eliminar el miedo al compromiso y asumir la individualidad con autonomía, y trabajar en la autoestima para eliminar inseguridades, llenar vacíos espirituales y fortalecer el conocimiento personal en función de sentirse “mejor, para elegir “mejor” a una pareja “mejor”.
También es importante, realizar un proceso de introspección y sanidad, porque obviamente, en uno o ambos, la ruptura de una relación avanzada, despierta temores y amenazas subyacentes, y es que, cuando una persona se siente distanciada de la otra, se le despierta el miedo al abandono y la ansiedad de separación, de ahí la importancia de sanar todas las heridas de la infancia, o por lo menos, las más importantes como son: heridas de abandono, de fracaso, de soledad y de rechazo, igualmente, será necesario sanar los apegos y vínculos conflictivos, evitativos e inseguros, que se tuvieron con padres en la infancia. Si la persona no sana y supera los traumas de estas heridas y los estilos de apego inadecuados, puede volver al círculo patológico con su ex, al intentar recuperarlo, o inclusive, volver a caer en una nueva relación disruptiva, enfermiza e inestable, con alguien similar.
Por otra parte, es necesario que la persona implemente estrategias tajantes, para combatir los estados ansiosos y la angustia que siente regularmente, la clave es, ocupar inteligentemente el tiempo en labores útiles y catalizadoras, e igualmente, aumentar la resiliencia, incorporando pensamientos adecuados, asertivos, positivos y fuertes, con respecto a la vida en todo el sentido de la palabra, igualmente, el utilizar la técnica de la desdramatización es ideal y certera para dimensionar y valorar objetivamente, la situación vivida.
Recuerda, tienes el derecho a tener relaciones saludables, si como pareja han tomado la decisión de retomar la relación, no olvides que ambos deben realizar procesos efectivos de desarrollo y crecimiento personal, se requiere que corrijan su manejo emocional, su lenguaje, sus reacciones, sus actitudes, se requiere que demuestren que sus edades son consecuentes con su madurez de carácter, y que valoren adecuadamente, los sentimientos de amor que se dicen tener, y además, que respeten seriamente las promesas y los pactos establecidos, este es el rumbo que fijan las parejas exitosas y estables.
Por el contrario, si has tomado la decisión de terminar, o, si la tomaron por ti, no olvides que, para saber amarte, necesitas verte como una persona digna y capaz de ser amada de verdad, no necesitas recibir migajas, no te rebajes al mendigar amor, tu valor como persona nunca te la da una pareja, tu misma te la das. Hoy te invito a elegir lo mejor para ti, mereces una pareja madura, que no juegue con tus sentimientos, que cumpla las promesas que te hace, que te ayude a crecer como persona, a ser más humana cada día y no lo contrario. Elimina de tu corazón los “deberías”, los “porque tuvo que pasar esto”, o también los paradigmas de “esto es lo peor que me pudo pasar”, -no- realmente no es así. Necesitas tranquilizarte, en lo profundo sabes que tu felicidad solo depende de Dios y de ti misma, cree en ti, confía en tu potencial, y -por favor-, regálate nuevos sueños porque lo mejor, aunque sea difícil de creer, está por llegar a tu hermosa vida, así que levántate, sonríe una vez más, y comienza a caminar de nuevo.
No dudes en consultarme si requieres orientación y ayuda.