PESADILLAS Y TERRORES NOCTURNOS EN LOS NIÑOS

by | Feb 7, 2022 | Uncategorized | 0 comments

Es un hecho de que algunos niños inclusive más que las niñas según algunos estudios, ocasionalmente han padecido de sueños malos, pesadillas, terrores nocturnos, o todo el combo junto. Y aunque esto es una afección benigna que suele desaparecer evolutivamente, este es un motivo de consulta que preocupa a los padres por alterar no solo el descanso de su hijo, sino la dinámica de toda la familia.

Las pesadillas y terrores nocturnos son parte de las llamadas parasomnias,  y aunque existe una vasta literatura al respecto, realmente la mayoría de investigaciones no lograr llegar a datos concluyentes sobre sus causas u origen, se sabe que algunos episodios de terrores nocturnos surgen en el sueño cuando hay alteración o falla en las  ondas lentas en los estados 3 y 4, generalmente al comienzo, primeras horas o  mitad de la noche, en estos casos, los niños demuestran un miedo extremo e intenso y su estado es tan extraño,  que los padres no logran despertarlos o consolarlos, muchos sudan, gritan y respiran aceleradamente, aunque tengan los ojos abiertos están dormidos, no responden ante estímulos externos por lo que no hacen caso a comentarios o preguntas de los padres, inclusive ha habido casos donde se presenta el sonambulismo, ya en la mañana, no logran recordar lo que los altero tanto, por lo que los padres se sienten impotentes y no tienen idea de cómo manejar y prevenir a futuro este tipo de situaciones.

Por su parte las pesadillas son sueños aterradores, en el sueño la persona siente fuertes emociones negativas logrando despertarlo, prácticamente todos hemos tenido por lo menos una en algún momento de nuestra vida, en los niños se pueden llegar a presentar desde los 2 o 3 años, y por lo general, se dan en los últimos ciclos de sueño de la noche y a la madrugada, ya durante el día, casi siempre recuerdan lo que soñaron, y de hecho lo cuentan con detalle, asombro y temor. Si la pesadilla generó alto impacto en los niños, puede alterar su desempeño durante el día.

Las pesadillas y los terrores nocturnos no representan enfermedad o trastorno mental, sin embargo, cuando son crónicos o se dan con alta frecuencia, pueden ser asociados, junto con otros indicadores, a alguna patología.  Tienen una multicausalidad, algunos dicen que suceden más cuando el niño o la persona es altamente creativa y tiene una imaginación muy activa, algunas investigaciones revelan que se presentan tras episodios de estrés físico o emocional, cuando el niño vivió o presenció escenas o situaciones que lo sobrepasaron mental y emocionalmente (en este caso no son realmente pesadillas, sino recreaciones postraumáticas).

Algunos dicen que cuando una persona está muy preocupada, ansiosa, angustiada y logra conciliar el sueño, puede aumentar la probabilidad de tener sueños malos y pesadillas. Otro factor precipitante, puede ser cuando un niño o una persona tiene, alteraciones emocionales, inestabilidad emocional, problemas emocionales y conductuales. Algunos hablan de que los niños con temperamento difícil y marcado egocentrismo, presentan mayor probabilidad de este tipo de parasomnias.

Tanto los sueños malos como las pesadillas, son sueños muy vividos y aterradores, generalmente ocasionan despertares repentinos, y también impiden que las personas vuelvan a dormirse tranquilas.  Entonces, ¿Qué podemos hacer para tratar de evitar las pesadillas, los sueños malos e inclusive los terrores nocturnos?

Inicialmente es muy importante que analices cómo es tu vínculo con tu hijo o hija, que tan seguro se siente tu hijo de ti como padre o como madre. Algunas teorías del apego, indican que cuando no existe un apego seguro y un vínculo solido entre padres e hijos, aumentan las posibilidades de trastornos de sueño (entre otras cosas más).

Recuerda que los niños tienen pensamiento concreto, y su desarrollo moral es limitado, depende de su edad, experiencias y socialización, así que no debes “cargarlo” por decirlo de alguna manera, con preocupaciones, y situaciones que no pueda asimilar, procesar y resolver.  Es muy importante prevenir situaciones de estrés en los niños por cargas económicas, por ejemplo, o por conflictos de separación de los padres, o por situaciones de estrés de los mismos adultos. La prudencia es la virtud principal a la hora de educar y criar a los hijos.

Los niños son muy impresionables, su imaginación es casi real, son muy vulnerables e impresionables, así que debes cuidar mucho lo que tu hijo consume visual, auditiva y sensorialmente. Recuerda que las imágenes que tu hijo observe quedan archivadas instantáneamente en su corazón, en su mente y en sus dispositivos básicos de aprendizaje, si su consciente no las pudo entender y sopesar, pasaran a su inconsciente y buscarán catarsis en los momentos del sueño.

En la implementación y afianzamiento del hábito de dormir, genera en el niño un ambiente tranquilo, sereno y lleno de paz cuando se acerca la noche. Al ejecutar rutinas para acostar a tu hijo fortalece tu vínculo con él y si eres una persona que educa lo espiritual, no olvides aprovechar para incentivar la fe, la oración, la meditación dentro de estas rutinas. Es necesario que tu hijo, llegue a su cama con la disposición correcta para dormir. Asegúrate que el ambiente de la habitación de tu hijo es el adecuado en luz, temperatura, orden, y aire, igualmente garantiza que no haya interferencia de ondas electromagnéticas que puedan alterar y afectar el sueño de tu hijo.  En casos extremos será necesario realizarle al niño, estudios de sueño, estos son orientados por tu médico pediatra o neuropediatra.

Puedes contactarme si deseas orientación detallada. En todos los casos donde los padres me han consultado, las estrategias que hemos implementado han sido exitosas para extinguir este tipo de alteraciones en el sueño de los niños.